CIUDAD DE MÉXICO- Minerva Valencia forma parte de una asociación civil que ofrece atención psicológica en situaciones de emergencia. Lleva en la ciudad deportiva de Ciudad de México desde que empezaron a llegar las caravanas centroamericanas a la capital azteca hace más de una semana. “Brindamos apoyo psicoemocional a las personas en situaciones de crisis”, explica.

¿Se han acercado muchas personas a solicitar apoyo psicológico?

-Sí se han acercado muchas personas, tuvimos mucho más afluencia con la caravana de Honduras, que fue la primera. Ahora, el problema es que no se ve mucha organización, no sabemos muy bien qué pasa, ha disminuido mucho la cantidad de personas que atendemos. Sobre todo hemos atendido a mujeres y niños.

¿Cuáles son los principales traumas que presentan?

-Traen estrés postraumático, pero no es por la caravana en sí, sino por lo que viven en su país, es una situación de violencia constante, de amenazas, pocos recursos económicos, no hay trabajo, según lo que refieren. Y traen cargando todo eso, además de dejar a atrás a sus familias por ir a buscar una mejor situación.

¿Cómo les afecta la travesía?

-Hay personas que vienen deprimidas, muy a la defensiva, porque han recibido agresiones por parte de algunos pobladores mexicanos.

¿Y a los niños?

-Los niños están muy estresados, los intentamos relajar, hacer dinámicas para que se puedan desahogar. Llevamos 14 años trabajando en situaciones de crisis y sabemos que también los niños se dan cuenta de todo, aunque pensemos lo contrario. Lo que intentamos es que se puedan desahogar a través del dibujo, el juego, el relato.

¿Cómo están viviendo los niños el trayecto?

-Ellos están viviendo con miedo y vienen arrastrando todos esos miedos. Si vemos los dibujos son niños que han vivido mucha violencia, abusos sexuales, y los niños han visto la violencia que viven sus familiares en Honduras. Eso les está afectando, por eso es muy importante brindarles el apoyo psicológico, psicoemocional y más como una cuestión de desahogo, como para quitarles un poco esa mochila que van cargando. Los niños están en el proceso de no entender qué está pasando, no saben por qué se tienen que ir, pero sí saben qué están sintiendo, están sintiendo tristeza.

En Ciudad de México han recibido atención psicológica durante unos días, pero no ha habido ningún tipo de seguimiento durante el trayecto y tampoco en el destino, Tijuana. ¿Qué consecuencias puede tener para estas personas no recibir una atención psicológica continuada?

-Los efectos traumáticos se pueden agravar y las personas pueden empezar a consumir algún tipo de sustancias o dejar de dormir, esos son algunos síntomas que pueden aparecer. De hecho, aquí ya se veía, la gente empezaba a consumir sustancias para evadirse.

Han hecho una travesía larga y dura, han llegado a su destino, la frontera con Tijuana, pero todo parece indicar que no van a poder cruzar. ¿Cómo puede afectarles esa frustración?

-Ellos están viviendo esto con mucha fe y están confiando en la voluntad de Dios, eso les da algo de fuerzas. Pueden empezar a verse algún tipo de agresiones, pero más bien están esperando un milagro,

¿Y cuando vean que el milagro no se cumple?

-Están viendo algunas posibilidades, algunas personas ya están pensando en establecerse en México con sus familias, y algunas otras dicen que no se quieren quedar en México, porque ven una situación parecida a la de sus países, y prefieren regresar a sus familias.