La moda del baile latino cala en Vitoria con más de 2.000 adeptos y 20 'salsotecas'
La llegada de los inmigrantes y lo «divertido» de sus coreografías justifican el 'boom' de estos locales El precio de un curso ronda los 20 ó 30 euros al mes
El Correo, 07-05-2006El son cubano y la bachata dominicana han subido la temperatura del «frío carácter» vitoriano. La capital alavesa vio nacer hace seis años su primer local latino – el Café Havana, en la calle Beato Tomás de Zumárraga – y desde entonces los ritmos caribeños han ido conquistando poco a poco a una ciudad, que cuenta ya con una veintena de ‘salsotecas’. Hosteleros, bailarines profesionales y aficionados coinciden en las razones de este auge: «El incremento de la inmigración y la nostalgia de la tierra, unido a la moda latina, han hecho que esta música despunte con una fuerza increíble», explica el propietario del Café Havana, Javier Agote.
Así, si hace una década sólo había un escaso centenar de adeptos a estos sones, hoy son más de 2.000 las personas que invierten su ocio y sus noches de fin de semana en bailar al dictado de Tito Puente o Celia Cruz. Eso sin contar a las decenas de parejas que hacen sus primeros pinitos en los cursos que ofrecen academias tituladas, centros cívicos o asociaciones vecinales y por los que pagan de media entre 20 y 30 euros al mes.
La gran baza de estas ‘salsotecas’ es la de las relaciones sociales. En el Café Havana, por ejemplo, 300 aficionados al baile latino se reúnen por grupos un día por semana para practicar y compartir su «pasión» por la salsa. Han descubierto que la danza es una manera «sana y divertida» de hacer amigos y no lo cambian «por nada». Por el día ensayan y, por la noche, ponen en práctica la lección en cualquiera de los locales de moda.
Recién llegados
Y es que ya hay una tupida red de pubs de inspiración caribeña en distintos rincones de la ciudad. Uno de los recién llegados a esta ruta de la salsa vitoriana es la cafetería Ibiza, en la Avenida de Gasteiz. Hace apenas un mes que el colombiano Andrés Berrio tomó las riendas del local, pero «con el tiempo» promete convertirlo en uno de los referentes de la marcha latina. ¿Su propuesta para una buena noche de fin de semana? «Salsa, merengue, bachata, ron y batidos de frutas tropicales».
Es el mismo cóctel que buscan los asiduos a locales como La ronería de Santa Catalina, en la calle Fueros, o La Bodeguita de Santa Clara, en Bastiturri. Son dos de las más veteranas y su éxito – completan aforo noche tras noche – ha sido en parte el precursor de esta nueva generación de ‘salsotecas’ a la que también pertenecen, entre otros, El Latinos o Son Tropical.
Mercedes Herrera es la encargada de este último local. Llegó hace siete años desde Colombia pero no se había atrevido hasta ahora a levantar en Vitoria un negocio como el que regenta desde hace tres meses en la calle Pintorería. «Ésta es una ciudad pequeña y cerrada. Para cuando se abren diez personas se han cerrado ocho. Pero lo latino está de moda y hay que aprovecharlo», reconoce.
Ellos han logrado que muchos alaveses dejen atrás los tiempos del ‘katxi’, atraídos por el calor tropical de la salsa, el merengue o la bachata. Y quienes lo han probado, repiten.
(Puede haber caducado)