Más de 400.000 inmigrantes congoleños han sido repatriados desde Angola a la República Democrática del Congo (RDC) en octubre, denunció hoy Human Rights Watch (HRW), que reclamó al Gobierno angoleño que “ponga fin a estas expulsiones masivas”.

“Angola debe dejar de obligar a las personas a abandonar el país hasta que pueda brindar una evaluación individual y garantías para distinguir a los inmigrantes irregulares de los registrados y los refugiados”, señaló el director de HRW para África del Sur, Dewa Mavhinga, en un comunicado.

Estas repatriaciones, que comenzaron el pasado 26 de septiembre, forman parte de la llamada “Operación Transparencia”, que se centra en las zonas de explotación de diamantes en la provincia de Lunda Norte, fronteriza con la RDC.

Al menos seis congoleños habrían sido abatidos por las fuerzas de seguridad de Angola en esta provincia, según denunció la ONU, aunque HRW estima que esta cifra podría ser mayor.

“Los soldados angoleños nos obligaron a irnos cargando sólo nuestras ropas, también rompieron mi documento de residencia”, explicó un ciudadano congoleño de 40 años y padre de dos hijos en declaraciones a HRW.

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), más de 80.000 niños fueron repatriados recientemente desde Angola y algunos de ellos se encuentran en riesgo humanitario y podrían sufrir malnutrición.

“Cualquier deportación de inmigrantes debe realizarse de acuerdo con el derecho internacional y la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos”, continuó Mavhinga.

El Gobierno angoleño negó que sus fuerzas de seguridad hayan cometido abusos contra los derechos humanos de los inmigrantes durante esta operación y tachó estas acusaciones de “campaña”.