Diez mil personas atravesando México
El Auditorio Benito Juárez registró a lo largo de la jornada del lunes el paso de 4.162 personas
Diario de Navarra, , 15-11-2018GUADALAJARA- Las autoridades calculan que, en estos momentos, hay 10.000 centroamericanos atravesando México en cuatro caravanas y casi la mitad forman parte de la primera. El Auditorio Benito Juárez registró a lo largo de la jornada del lunes un total de 4.162 personas (2.717 hombres, 791 mujeres, 344 niños y 310 niñas). Otro grupo de unas 800 personas había abandonado ya el estado un día antes y se encuentran camino de Sonora. Además, hay un grupo reducido que está ya en Tijuana, formado por unas 60 personas del colectivo LGTBI que fueron trasladadas en transporte desde Ciudad de México debido a su situación de vulnerabilidad y varias madres con niños, para quienes un donante anónimo puso a disposición un autobús. Además, unas 4.000 personas, en su mayoría hombres de El Salvador, han llegado a Ciudad de México, y hay otra pequeña caravana que se encuentra en Veracruz.
En el Auditorio Benito Juárez, Mireimi, hondureña de 19 años, atiende a sus hijos de dos y cuatro años antes de irse a dormir. Viaja también con su hermano de 15 años, Santiago, y dos mujeres adultas de su familia. Vienen de San Pedro Sula porque “allá casi ya no salía de casa”. Solo quiere trabajar, prefiere cruzar hacia Estados Unidos, pero tampoco descarta quedarse en México. Regresar no es una opción. “No hay trabajo y la delincuencia está muy fuerte”, explica. “Este viaje, como mujer, se siente terrible. Tienes miedo de que te lleven los niños, el otro día pasamos la noche en una gasolinera y una no descansa. La noche que más miedo he pasado fue cuando se corrió el rumor de que un hombre se había llevado a un niño. Yo solo quería llorar de pensar que podían ser mis hijos. Al final, al hombre lo golpearon y se lo llevaron preso”, relata la joven.
El recinto cuenta con zonas separadas para familias, hombres, mujeres y cuenta también con un espacio LGTBI porque aún quedan unas 150 personas del colectivo en la caravana. Bayron, de Guatemala, pasea con una enorme bandera multicolor por el recinto, son muchos hombres los que le piden que la guarde, pero él no piensa hacerlo. “Da miedo, pero tengo que afrontar lo que soy y tengo que darme a respetar”. En la zona de la diversidad descansan una decena de personas, entre las que se encuentra Alex Giovani, de San Pedro Sula, y Andrea, de Ciudad de Guatemala. Ambos tienen heridas de guerra en su cuerpo. Él muestra una cicatriz en el cuello, a causa de una puñalada que estuvo a punto de costarle la vida, y ella cuenta con marcas por ambos brazos.
“Nos marchamos por necesidad, en Honduras hay mucha mara, a mí me quisieron agarrar como mula a la fuerza, querían que pasara droga a los penales, y como me negué me quisieron matar. Desde entonces ando huyendo”, relata Alex Giovani, de 38 años. También ha sido víctima de agresiones por la calle debido a su orientación sexual. “Si uno no tuviera problemas, si no tuviera discriminación, si no tuviera amenazas se quedaría en su país, pero uno de la diversidad sexual corre mucho riesgo. Con la delincuencia y la mara es complicado, si uno no les cae bien lo mandan matar, a mí me intentaron matar”, sostiene, por su parte, Andrea. Ambos quieren llegar a Estados Unidos y cruzar, aunque son conscientes de que esto último puede que no se cumpla. “Puedo quedarme trabajando en cualquier lugar, lo que no puedo es regresar a mi país”, zanja el hondureño.
Muchos de los centroamericanos que atraviesan en estos momentos México cumplen los requisitos para pedir asilo, de hecho, según el Gobierno mexicano, un total de 3.230 personas lo ha hecho ya en el país azteca y 2.697 solicitudes están en trámite, mientras que 533 personas han desistido y han pedido regresar a su país. – Marta Martínez
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