El alcalde de Barcelona, Joan Clos, cifró ayer en 30.000 el número de extranjeros que se encuentran en la ciudad en situación irregular y defendió de nuevo que se fije en cinco años el periodo de residencia necesario para acceder a la nacionalidad española y, de esta forma, poder disponer del derecho al voto.
Clos hizo estas declaraciones durante la presentación de un informe sobre la realidad de la inmigración en la ciudad, que confirmó los datos avanzados por este diario el pasado 14 de febrero, en los que la cifra de residentes extranjeros empadronados se sitúa por encima de las 260.000 personas (un 15,9% del total de habitantes de la ciudad).
Con respecto al anterior ejercicio, la población inmigrante ha aumentado un 12,6% (de 230.942 a los citados 260.058), un ritmo de crecimiento que se ha ralentizado, pero en el que se mantiene la tendencia que marca que el mayor colectivo de inmigrantes procede de los países latinoamericanos, que ya suponen casi dos tercios del total, seguidos por los europeos (24%), los asiáticos (16%) y los africanos (8,6%).
Por países, los colectivos más numerosos los forman los ecuatorianos (con 31.423 personas y el 12,1%) seguidos por los peruanos (16.115 y 6,2%) y los marroquís (15.522 y 6%).