La Audiencia Provincial de Siegen (oeste de Alemania) abrió hoy el primer proceso contra veintinueve acusados de malos tratos, insultos y vejaciones a refugiados, residentes en un centro de asilados de la región en el que los imputados trabajaban como guardias de seguridad, asistentes sociales o administrativos.

Los abusos y tratos vejatorios fueron revelados en septiembre de 2014, a raíz de una serie de fotografías y un vídeo grabados con un teléfono móvil (celular) que documentaban los castigos que se infligía a los residentes como medidas disciplinarias para casos como saltarse la prohibición de fumar o de consumir alcohol.

Según la acusación, los procesados mantenían en cuartos aislados a los residentes que cometían faltas leves o incumplían levemente la normativa del centro, además de insultarlos y humillarlos de forma sistemática.

En una de las grabaciones, de unos 10 a 15 segundos de duración, se observaba cómo los guardas de seguridad intimidaban e insultaban a un acogido, echado en el suelo junto a un colchón manchado de vómitos.

En otras imágenes se veía a otro asilado en el suelo, mientras un guarda le pisaba la nuca con la bota, en presencia de un compañero de los servicios de seguridad.

El caso generó en su momento una fuerte conmoción en el país y la condena tanto del Gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, como de las autoridades del “Land” (estado federado) de Renania del Norte-Westfalia, donde se encuentra la población.

Entre los inculpados hay dos empleados de la administración local que cumplían labores de supervisión de ese albergue, instalado en un antiguo cuartel militar.

El proceso ha quedado distribuido en dos juicios por separado, el principal de los cuales contra los presuntos máximos responsables empezará previsiblemente a principios del próximo año.