Sídney (Australia), 17 oct (EFE).- El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, expresó hoy su preocupación por la situación de la salud mental de los inmigrantes y refugiados “sin papeles” enviados por Australia a Nauru y la isla papú Manus en el Pacífico.

“Ya lo han visto con otras organizaciones humanitarias, una de las principales preocupaciones ha sido la situación de la salud mental de aquellos que están en los centros de ultramar”, dijo Maurer ante el Club Nacional de la Prensa en Camberra.

“Es algo que es un patrón recurrente”, añadió en declaraciones recogidas por la agencia AAP Maurer, al referirse al estado de los inmigrantes que huyen de conflictos y se encuentran en diversos campos para refugiados en todo el mundo.

Los comentarios de Maurer coinciden con la expulsión hoy de Nauru de la médica australiana Nicole Montana, quien fue detenida la víspera aparentemente por tomar una fotografía de un niño en el centro para inmigrantes, según la cadena local ABC.

Montana, que trabajaba para el Servicio Internacional de Servicios Médicos (IHMS, siglas en inglés) y era la galena mas experimentada que tenía Australia en la isla, reemplazaba a Christopher Jones, quien fue deportado el mes pasado, precisó la fuente.

Asimismo, Médicos sin Fronteras exigió la “inmediata evacuación” de todos los inmigrantes de Nauru, a raíz de la expulsión de la organización la semana pasada de esta nación insular.

En los últimos meses han aumentado las críticas por las condiciones a las que Australia somete a los solicitantes de asilo y refugiados, incluidas las de organizaciones de médicos y de derechos humanos australianas que denunciaron que la situación de emergencia “supera los peores temores” .

Maurer, quien recalcó que ha tenido reuniones “constructivas” con las autoridades australianas sobre el trato a los inmigrantes, explicó que “una de las principales preocupaciones en todo el mundo es que la gente que huye de contextos de violencia y la guerra están atrapados y pierden la perspectiva de futuro, de tener una vida”.

El alto representante del CICR pidió a la comunidad internacional que adopte más acciones en favor del alivio de la situación de los solicitantes de asilo y refugiados, al mencionar casos como Siria o Birmania (Myanmar).

“Debemos trabajar simultáneamente para apoyar su regreso, pero también para evitar las situaciones en los que los refugiados viven en un limbo económico y legal indefinido”, subrayó.

Australia retomó en 2012 su política de detención de los “sin papeles” en Nauru y la isla papú Manus, en una situación humanitaria que ha sido denunciada por varios organismos internacionales, entre ellos la ONU, a la espera de que un tercer país los acoja dado que Camberra les cerró las puertas.

Muchos de los refugiados y solicitantes de asilo que intentaron entrar a Australia por la vía marítima han huido de conflictos como los de Afganistán, Darfur, Pakistán, Somalia y Siria; otros han escapado de la discriminación, como la minorías rohinyá en Birmania (Myanmar) o bidún en la región del Golfo. EFE