«'Perico Ripiao' es ritmo fuerte, acelerado y se baila con la triki»

Eneritz Epelde, June Burutxaga. En María Trinidad Sánchez bailar es bailar pegados

Diario Vasco, BEGOÑA DEL TESO, 17-10-2018

Qué hacía la campeona de Euskadi de baile a lo suelto en los años 98, 99 y 2000 (un recuerdo a su pareja, Kimetz Larrañaga) bailando el ‘Perico Ripiao’ dominicano en el kiosko del Boulevard el día del Pilar? ¿Y por qué June, hija de vasca y cubano, alumna de Aiete Ikastetxea, desfilaba en una pasarela improvisada con camiseta de diseño propio? La Asociación de Dominicanos en Euskadi celebraba el encuentro ‘Café con leche aromas de San Sebastián’

- Bonito nombre, ‘Perico Ripiao’. Cuéntanos, Eneritz.

- Es un merengue muy sabroso y típicamente dominicano de ritmo muy fuerte y acelerado. Toma su nombre de las bandas de músicos que tocan también ritmos como la mangulina o el carabiné. Que a su vez lo tomaron, no se sabe, o de un pájaro o de una casa de citas de Santiago de los Caballeros, así llamada, donde siempre sonaba la tambora, la guira y el bajo. Y a ratos, el saxo.

- Ahí arriba hemos puesto que se baila al ritmo de la triki. No habremos mentido, ¿verdad?

- Para nada. El acordeón pequeño, el diatónico, nuestro ‘soinu txiki’ acompaña siempre siempre el ‘Perico Ripiao’.

- Que se baila a lo agarrao, ¿no?

- Vaya que sí. Allá, en la República, en la provincia de María Trinidad Sánchez, en Nagua, donde Trinidad bordó la primera bandera dominicana y fue ajusticiada por ello, no entendían nada cuando yo les hablaba de mis historias con el ‘baile suelto’, el fandango, el arin arin, la jota o el porrue. Menos aún cuando les decía que nosotros ligábamos así, ‘a lo suelto’. Excepto en Bizkaia, que se agarran algo, un poco. Ya sabes, somos vascos…

- Y tú, campeona y profesora de euskal dantzak por buena parte de nuestros territorios históricos, ¿cómo acabas bailándole un aurresku al alcalde de Cabrera, un lugar de playas, parques naturales y… ¿caseríos?

- Estoy embarcada en un proyecto llamado ‘De Norte a Norte’, una de esas locuras magníficas que se les ocurren a gentes como Belkis John, presidenta de la Asociación de Dominicanos en Euskadi. Y nuestra historia se llama así porque Cabrera es también como esta, tierra norteña.

- ¿Y se parecen esos dos Nortes?

- Bastante. Sí, la gente vive en caseríos. Desperdigados, como los nuestros. Sí, la gente de allá ama su tierra, sus tradiciones. Son leales. Sí, hay mujeres fuertes en la provincia de María Trinidad Sánchez. ¿Conoces a María Marte, la chef?

- ¿La que mantuvo las dos estrellas Michelin del Club Allard de Madrid? Empezó fregando, sin papeles, y ahora ha renunciado a todo y ha vuelto a la República para enseñar cocina y hostelería a chicas maltratadas, perdidas o sin futuro.

- La misma. Pues es de allá, de la ciudad cabeza de partido, de Nagua. Me invitó a ir la Asociación. Querían cruzar culturas, querían impulsar no ya el turismo (hay un hotel de ¡7! estrellas) sino los viajes de unos y otros.

- Pero creo que ya hay asentamientos de vascos por la zona.

- Cierto. De gente muy integrada en la comunidad, muy bien mezclada. Gente que busca ese clima tan apacible para pasar los meses que aquí es invierno, invierno de frío y lluvia. Algún día, no te extrañe que abran una Euskal Etxea.

- No me extrañará no, si el señor alcalde de Cabrera os pidió que llevaseis más, más vascos. ¿Cómo fue?

- Está tan interesado en el hermanamiento que el ayuntamiento votó un presupuesto para que la cultura vasca estuviera presente en las fiestas de Cabrera, en lo que sería su Semana Grande. Nos dijo que llevásemos más vascos. Quieren todos allá que la relación tire para adelante. Y sí, el señor Cavolli, empresario, ganadero y miembro del Partido Revolucionario Moderno se emocionó cuando bailé ante él el aurresku.

- Y esta chavala de la camiseta de Guns and Roses, los vaqueros desgastados y el color café con leche en la piel, ¿quién es? ¿Quién eres?

- Soy June. Buruchaga. Soy modelo. De pasarela. Bailo. Diseño alguna de mis camisetas. Mi madre es vasca y mi padre, cubano. Estuve en Cabrera. Tengo diez años. Me di cuenta de que las chavalas de Cabrera llevan ropa muy corta que yo todavía no uso tanto: tops y shorts.

- Guau. Pero tú allá te fuiste como representante nuestra, ¿no? Como una de las joyas del mestizaje este.

- Sí. Por lo visto es lo que quiere la asociación de dominicanos y de otros países latinos (Colombia ha sido la invitada a este espectáculo de ‘Café con leche, aromas de San Sebastián’). Quieren que se vea que la mezcla es bonita. A mí me gustan mucho las euskal dantzak y me sentí muy bien en Cabrera vistiendo la ropa tradicional del País Vasco.

- June nos lo ha dejado en bandeja, Eneritz. Tú eras famosa por la calidad de los trajes vascos que llevabas cuando bailabas con Kimetz… Creo que hay que rendir homenaje a dos buenas costureras.

- Era ropa de muy buen hilo trabajada con mucho esmero por mi madre, Mila Aizpuru, y por mi tía, Arrate Aizpuru. Con sus trajes me fui también a Argentina en otra aventura de baile y cultura vasca, con el Xirika Taldea. Y sí, allí bailé el tango.

- Campeona a lo suelto, Perico Ripiao y tangista, ¡qué máquina!

- Veo los pasos y noto cómo mi cuerpo los va interiorizando. Y bailo.

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