Provienen de familias desfavorecidas, con problemas económicos o sociales. Son menores para los que la educación es más importante aún que para el resto de los niños de su edad. Por eso, la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía reserva tres plazas por cada aula escolar para menores desfavorecidos, con riesgo de exclusión social o con necesidades educativas especiales. Esta medida se lleva a cabo tanto en los centros públicos como en los privados concertados, «con el objetivo de que se equilibre la presencia de estos alumnos en unos y otros colegios», según fuentes de la Consejería de Educación.

Se trata de una medida que se incluyó en 2004 en la normativa que regula el proceso de escolarización y que está orientada a que alumnos que pueden tener dificultades en su proceso de aprendizaje no tengan problemas para obtener una plaza escolar.

Esta reserva de plazas puede ser de dos tipos, según explicó a este periódico el jefe del Servicio de Inspección de la Delegación Provincial de Educación, Norberto Ruiz. Hay una modalidad de reserva en la que se presta especial atención a alumnos con condiciones sociales desfavorecidas (que partan con desventajas socioculturales, que pertenezcan a minorías étnicas e incluso que provengan de familias con profesiones itinerantes).

Estos alumnos cuentan con reservas de puestos escolares en Infantil y Primaria y los servicios sociales de los ayuntamientos son fundamentales en estos casos para detectar las situaciones y colaborar con la Administración andaluza.

En todos los centros

La mayoría de estos alumnos se suele concentrar en la red de colegios públicos (en muchas ocasiones porque en sus barrios no hay centros privados), aunque la reserva de plaza también se realiza en los concertados. «Estas tres plazas por aula se tienen en cuenta en todos los centros sostenidos con fondos públicos», resalta Ruiz. A la hora de repartir las plazas vacantes entre las solicitantes, los colegios tienen que tener en cuenta que la Administración andaluza puede hacer uso de esos tres puestos. Cuando estas plazas no se cubren en estos supuestos, pasan a ser de cupo libre y, como el resto, se reparten según la baremación habitual.

Los colegios también guardan puestos para niños con necesidades educativas especiales asociadas a sus capacidades personales. «Son alumnos que tienen alguna discapacidad física y para ellos se reservan plazas en todos los centros que tienen recursos para atenderlos», asegura Ruiz. Por lo tanto, esta reserva se hace en los colegios que cuenten con medidas como tutores especiales o unidades de apoyo a la integración. Además, en estos casos el periodo de escolarización del alumno se flexibiliza y pueden estar matriculados hasta los 21 años como máximo.