La invisible fuerza hispana
Las Provincias, 03-05-2006Están unidos en la causa de Legalizar, no criminalizar, pero divididos en cuál es el camino para lograrlo. Eso fue lo que hizo fracasar el lunes el paro de inmigrantes convocado por aproximadamente la mitad de sus organizaciones, según observaron los periódicos estadounidenses, que no pudieron evitar sentir un escalofrío con el despertar del gigante dormido. El peligro del boicot económico sigue en el horizonte, sólo que los más prudentes prefieren dar una oportunidad al Senado para que escuche sus protestas pacíficas.
Quedaros tranquilos, que si no logramos una ley con la que podamos vivir iremos a la huelga general y al boicot, prometió a sus miembros Jaime Contreras, presidente de la Coalición Nacional de Inmigrantes Capitales.
En su opinión, la jornada del Primero de Mayo tenía que ser una demostración pacífica de fuerza numérica con el menor trastorno posible, convencido de que eso influirá en los legisladores para negociar una ley que excluya las propuestas de la ultraderecha. En particular la del congresista de Wisconsin James Sensenbrenner, que castiga penalmente a los ilegales y a quienes les asistan en modo alguno. La Cámara Baja aprobó su moción en diciembre, y sólo la indecisión del Senado ha impedido que se convierta en ley.
El bastión del movimiento que lucha por influir en la mayor reforma migratoria que se haya hecho en EE. UU. en dos décadas es Los Ángeles, donde se produjo la primera manifestación el 25 de marzo pasado. Este lunes, la movilización volvió a registrar el medio millón de manifestantes, y los organizadores incluso lo elevan a 600.000. Hubo, sin embargo, dos manifestaciones, como en casi todas las ciudades del país: la de la mañana, compuesta por quienes habían dejado sus trabajos para protestar, y las de la tarde, convocada por los líderes que favorecen la estrategia de evitar acciones radicales para que no se crezcan los xenófobos. De ellos procedía la consigna de dejar en casa las banderas de México, vestir camisetas blancas como símbolo de paz, corear consignas en inglés y agitar las barras y estrellas para recordar que ellos también son americanos.
Satisfacción en California
La invisible fuerza laboral de Los Ángeles no emergió con espíritu de cólera o desafío, sino con orgullo y exuberancia, observó en su editorial el diario
Los Ángeles Times
. El tono y el nivel de las manifestaciones han tenido el saludable y correctivo beneficio de marginar a quienes relacionan la inmigración latina con el crimen, la falta de patriotismo, la amenaza a la seguridad y cualquier otra enfermedad bajo el sol. El diario más importante de California consideraba que el boicot habría sido visto como un chantaje económico, que inspiraría nuevas medidas que frenar su fuerza laboral.
Pero fuera de Los Ángeles y Chicago, el resultado del boicot fue menos que modesto. En Las Vegas, por ejemplo, apenas se manifestaron 10.000 personas, pese a que los casinos pusieron sus mesas de juego a disposición de los organizadores para recoger firmas.
Se calcula que 12 millones de inmigrantes viven ilegalmente en EE. UU., además de los 40 millones de hispanos que forman ya parte del país. En total, se estima que los hispanos suponen el 13% de la fuerza laboral, concentrada en torno a los sectores agrícolas, de construcción, hostelería, mantenimiento y producción.
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