El ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, defendió hoy que la inmigración sea abordada como una “política de Estado” y no desde una perspectiva partidista con fines electorales.

Grande-Marlaska, que participó hoy en Lyon (Francia) en una reunión de los seis mayores países de la Unión Europea (G6) en la que también estuvieron Marruecos y Estados Unidos, subrayó a la prensa que “en este Gobierno por primera vez estamos haciendo una política de migración, que no se había hecho”.

Preguntado sobre si esa cuestión será una de las protagonistas en España de cara a las elecciones europeas, como formaciones de ultraderecha pretenden que lo sea en Italia o Francia, respondió que espera que “cada tema cobre la importancia que debe tener”.

Recordó que en su Gobierno son “partidarios de una política de migración legal, ordenada y de control de los flujos migratorios. Y en ese sentido debe ser una política de Estado. Y las políticas de Estado yo creo que lo que no pueden ser es de carácter partidista en términos electorales”.

El ministro español aseguró que pese al incremento de las entradas de inmigrantes clandestinos por Andalucía en los últimos días está “todo controlado” y negó que Marruecos esté relajando los controles para manifestar “quejas o protestas indebidas”.

Lo que ocurre, a su juicio, es que Marruecos sufre una mayor presión porque se ha cerrado la vía de entrada a Europa desde el Mediterráneo central: “Esto es como un globo, el aire sale por algún lado”.

Hizo hincapié en que Marruecos pone medios “relevantes”, pero también “está pidiendo un compromiso de Europa de cooperación al desarrollo”.

Y eso no significa tanto una partida financiera como “una cooperación seria para el control de los flujos migratorios”.

“La cooperación actual (con Marruecos) es excelente”, concluyó.

En un comunicado, su ministerio explicó que Grande-Marlaska defendió ante sus homólogos que las entradas irregulares que se producen en la UE “no se solucionan mediante la interposición de los terceros países vecinos y de los Estados miembros periféricos como barreras de contención o como lugares a los que desterrar los problemas”.

Grande-Marlaska reclamó “un mayor esfuerzo en la cooperación con los países de origen y de tránsito de la migración irregular” porque “el paso del tiempo y de los acontecimientos no hace sino confirmar nuestra convicción” de que “para España ésta es la cuestión crucial”.

Preguntado sobre los rescates de inmigrantes por ONG humanitarias, en un momento en que el barco Aquarius sigue bloqueado en el puerto francés de Marsella al no conseguir que un país le dé su bandera después de que se la retirase Panamá, Grande-Marlaska resaltó el papel que tienen las autoridades públicas y en concreto las españolas.

“Los Estados cubrimos y somos absolutamente autosuficientes para poder prestar esa exigencia internacional”, recordó antes de añadir que el hecho de que las ONG también participen está “bien” y “nadie va a decir lo contrario”.

Pero reiteró que “España cumple perfectamente con sus medios las obligaciones internacionales”.

El encuentro de Lyon estuvo dedicado en la primera jornada de ayer a las migraciones, y en particular al control de los flujos que llegan desde la orilla sur del Mediterráneo, mientras que hoy estuvo consagrado a la lucha antiterrorista.

La delegación española aprovechó este desplazamiento a Lyon para entrevistarse con el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, y con la subsecretaria de Seguridad Nacional de ese país, Claire Graidy.

Ambos se interesaron por la experiencia de España en la cooperación con terceros países para la gestión de los flujos migratorios, según el Ministerio español del Interior.