madrid. Quizá el futuro no sea tan negro como algunos lo pintan: un futuro repleto de personas mayores y con una fuerte reducción en el número de trabajadores, lo que pondría en serio peligro la sostenibilidad del sistema de pensiones, ya de por sí castigado en los últimos años. Y, si finalmente se vislumbra un pequeño rayo de luz al final del túnel, será gracias a los inmigrantes, que volverán a jugar un papel fundamental en la economía.

De aquí a 2050 podrían llegar 270.000 personas cada año, lo que supondrá ocho millones de inmigrantes en las tres próximas décadas, con lo que su peso aumentará desde el 10% actual hasta el 15%. Esto, junto con un aumento de la natalidad, serán las dos razones por las que la población pueda crecer hasta los 60 millones de habitantes y, a su vez, mantenerse en los 30 millones el número de personas activas (aquellas que están en edad de trabajar) en 2050, según estima la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).

La población aumentará entre cuatro y 13 millones en los próximos 30 años para situarse entre los 51 y los 60 millones en 2050, según informa la AIReF. El INE lo sitúa en 44 millones y Eurostat lo eleva hasta los 49 millones. ¿Por qué esta diferencia de hasta 18 millones?

El grueso de la discrepancia reside en la población en edad de trabajar, que es la que proporciona el límite natural al crecimiento del factor trabajo en cualquier economía, puesto que son los que contribuyen a la riqueza nacional y financian las pensiones. Mientras la AIReF prevé que en 2050 la población entre 16 y 66 años se sitúe en un nivel similar al actual, el INE y Eurostat prevén un recorte de siete y cinco millones de personas, respectivamente. Esto «conduciría a la ‘japonización’ de nuestra economía, donde no tiene cabida ni la entrada de inmigrantes ni políticas de activación de la fecundidad», indica el organismo presidido por José Luis Escrivà.

El aumento de población también se explica por un aumento de la tasa de fecundidad, superior a la que realiza el INE, que se basa en la convergencia en el largo plazo a la fecundidad de los países de nuestro entorno. Si en la actualidad la tasa de fecundidad se sitúa en 1,36 hijos por mujer, los analistas fiscales estiman que alcance entre 1,8 a 2 hijos por mujer en 2050, frente a los 1,4 hijos que pronostica el INE.

Pese a todo, este aumento de la población activa no conseguirá frenar el de la tasa de dependencia (relación entre la población mayor y la que está en edad de trabajar) que en las próximas tres décadas se duplicará hasta el 45 – 60% en 2050 frente al 25% actual, lo que implica que habrá un jubilados por cada dos personas en edad de trabajar.