Una ley para distinguir entre buenos y malos inmigrantes

Gara, 03-05-2006


Las autoridades francesas esbozaron el proyecto que ayer llegó a tramitación parlamentaria en un momento, sin duda, complicado. Las periferias de las grandes urbes francesas ardían, y los informativos de mayor audiencia aterrorizaban a los franceses con las imágenes de una «rebelión de los desagradecidos», por mentar el ideario sobre la inmigración del Frente Nacional. Mientras quedaba de manifiesto el fracaso de la «política de integración» y ante las pantallas se mostraban jóvenes airados por la falta de futuro en un país cuya riqueza contribuyeron a fraguar sus padres, desde los despachos de Interior se sugerian medidas de filtro. Esto es, se apuntaba a la necesidad de controlar más la política de inmigración, para evitar la llegada al país de inmigrantes poco interesantes, en vez de inmigrantes con más caché. Las ideas esbozadas por Sarkozy en noviembre han tomado cuerpo de ley. Los parlamentarios estudian una normativa para facilitar que al país lleguen artistas, informáticos, científicos… una ley para atraer talentos, en definitiva, de los países en desarrollo. Una norma para cerrar la entrada de «demasiados» inmigrantes sin calificación y que, metidos en gastos, servirá para castigar a los «inmigrantes desagradecidos», al romper con la entrega automática de permisos de residencia a las personas que llevan una década en el país. -

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