El proceso de regularización de inmigrantes que puso en marcha el año pasado el Gobierno central ha cuadruplicado el número de contratos a empleadas del hogar extranjeras, que ven en este empleo el inicio para regularizar su situación en nuestro país. La mayoría trabajan como internas y suelen proceder de Ucrania, Marruecos, Ecuador y Colombia. Muchas de ellas son jóvenes de entre 19 y 40 años sin experiencia previa en el sector. Los cauces de acceso al trabajo doméstico depende del tiempo de permanencia en el país. Si la trabajadora tiene más de tres años o contrato de residencia, los trámites son mucho más fáciles que si su estancia es menor. En estos casos, los más habituales, el empleador debe iniciar un complejo trámite burocrático que puede prolongarse meses.