El jurista y defensor del pueblo polaco, Adam Bodnar, ha sido distinguido hoy en Noruega con el premio Rafto “por defender los derechos de las minorías y la independencia judicial” frente a la situación política actual en su país.

Bodnar ha realzado el “papel crucial” desempeñado por la institución del Defensor del Pueblo como salvaguarda de los derechos humanos y se ha centrado en la situación vulnerable de inmigrantes, minorías nacionales y étnicas, mujeres, discapacitados y minorías sexuales, señaló el fallo difundido por la Fundación Rafto.

“Ha intentado revertir los cambios en las leyes que infringen las protecciones legales de grupos vulnerables y ha asumido un papel activo defendiendo la independencia del poder judicial y criticando las reformas judiciales”, según el jurado.

La existencia del Defensor del Pueblo en Polonia está “amenazada” y hay una “caza pública” contra Bodnar, denunció la fundación.

La Comisión Europea (CE) anunció la semana pasada que llevará a Polonia ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por la reforma del Tribunal Supremo que, considera, “viola el principio de la independencia judicial”.

La decisión de llevar a Polonia ante el Tribunal de Justicia por su nueva ley sobre el Supremo, aprobada el pasado 3 de abril, llega después de que Bruselas haya solicitado a Varsovia en varias ocasiones que tome medidas para asegurar que las reformas no afecten a la independencia del poder judicial.

La Fundación Rafto ha premiado anualmente desde 1987 a defensores de los derechos humanos y la democracia, entre los que figuran cuatro personas que luego recibieron el Nobel de la Paz: la birmana Aung San Suu Kyi, el timorense José Ramos-Horta, el surcoreano Kim Dae-jung y la iraní Shirin Ebadi.

El premio, dotado con 10.000 dólares, lleva el nombre del profesor Thorolf Rafto, que dedicó su vida a defender la democracia y los derechos humanos.