Actividades de higiene, clases de español y talleres de igualdad
El centro de El Llano, en Caravaca, aloja a 61 adolescentes extranjeros que son objeto de un estudiado programa para facilitar su adaptación
La Verdad, , 27-09-2018El hotel El Llano, ubicado en una urbanización a las afueras de Caravaca de la Cruz, se convirtió el pasado mes de abril en un centro provisional de acogida de menores extranjeros. En un principio iba a ser por un período de entre dos y tres meses, mientras la fundación Antonio Moreno, encargada de su tutela, construía unas nuevas instalaciones cerca de la pedanía murciana de Santa Cruz. Las obras se han retrasado y el periodo de estancia en Caravaca se ha prolongado más de lo deseado por la propia fundación.
La directora del centro, Judit García, informó ayer de que actualmente hay 61 adolescentes con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años. «El número de menores oscila en función de la llegada de nuevos grupos de migrantes a las costas de la Región; el pasado viernes llegaron a ser 91 los alojados, pero a la mañana siguiente muchos de ellos fueron trasladados a otros centros», aclaró la directora.
«Se eligió este alojamiento – añadió – por reunir los requisitos necesarios de salubridad, limpieza y dignidad; queremos remarcar que es un centro de acogida coyuntural; estamos haciendo todos los esfuerzos para realizar el traslado cuanto antes».
La fundación, cuya denominación anterior era Arcos del Castillo, dirige otros tres centros en la Región. «Cuando un menor extranjero pisa suelo español y no llega con su familia, pasa a ser tutelado por la Comunidad Autónoma y tiene los mismos derechos que cualquier menor protegido», explicó la responsable del centro.
Tras la identificación por parte de la Policía Nacional, los menores pasan a los centros donde están tutelados por un equipo de profesionales que desarrollan un trabajo que se divide en varias fases: observación, adaptación, convivencia y confianza. Estas fases no tienen una duración determinada, ya que depende de las circunstancias y las características de cada uno de ellos.
En la primera fase se realizan actividades relacionadas con la higiene personal, el alojamiento, la alimentación y la atención sanitaria. El centro cuenta con un equipo de traductores que ayudan a conocer a los menores, a determinar sus países de procedencia, si han sido víctima de las mafias y qué tipo de familia tenían.
En los primeros días hay un gran conflicto cultural. «Tienen ansiedad y nosotros procuramos conocer y gestionar sus expectativas», agrega García.
Con los que logran superar la primera fase, que se ha desarrollado con clases de castellano desde el primer día, inician un período de adaptación e inmersión cultural. En los talleres de formación se tratan temas como la igualdad y los derechos humanos. En esta fase, acompañados por personal del centro, realizan salidas de contenido educativo, lúdico y cultural.
Cuando se dan las circunstancias adecuadas, los menores pueden salir los viernes y, en algunos casos, otros días del fin de semana.
En la actualidad hay escolarizados en varios centros educativos de Caravaca 23 adolescentes y están pendientes de plaza otros 20.
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