La conclusión, sin conclusiones colectivas, que pude sacar del foro sobre el futuro de la Región, después de tres horas y media de reflexiones a cargo de un grupo de expertos, más de fuera que de dentro, es que Murcia está abocada a grandes cambios, a una evolución acelerada si quiere aumentar o, al menos, mantener el ritmo de crecimiento actual. De hecho ya se están produciendo algunas modificaciones, siquiera tímidamente.

Los ponentes, de una u otra manera, directa o indirectamente, se refirieron a las transformaciones de gran calado que se esperan por efecto de la globalización, la inmigración, el mercado europeo cada vez más amplio y competitivo, la falta de agua, de seguridad, de competitividad…

Murcia, sostiene Juan Iranzo, director general del Instituto de Estudios Económicos, es junto a Madrid, la región española que más ha crecido en Europa durante el 2005, y nuestro país, sabido es, ha estado a la cabeza de la Unión en este aspecto.

Sin embargo, el futuro parece un poco más incierto, al menos en lo que al oxígeno de las ayudas europeas se refiere, porque entre el 2007 y el 2013 la Región dejará de percibir muchos, demasiados, millones de euros, que deberán ser sustituidos por fondos internos o simplemente deberán aplazarse determinadas obras y servicios.

Enrica Chiozza, miembro de la Dirección General de Política Regional de la Comisión Europea, cree que España, y con ella Murcia, está emprendiendo ya esa transición, aunque debe corregir el alto desempleo y el escaso apoyo a la I+D+i. Añade que debe abandonar poco a poco las inversiones en infraestructuras públicas y cambiar la ayuda directa a las empresas por la innovación y por procesos que ayuden a las empresas a crecer por sí mismas. «Habría que identificar objetivos claros, medibles y reales e incidir en una planificación a largo plazo con estrategias y mecanismos que puedan ser ampliados o corregidos en cada momento.

La consejera de Hacienda, Inmaculada García, en desacuerdo permanente con el modo y cuantía de la reducción de fondos europeos, aprovechó el momento para recordarle a la representante de Bruselas que no todas las regiones han sido tratadas igual – en relación al caso austriaco – por lo que Murcia se considera discriminada.

El sector que podría mantenerse sin demasiadas variaciones es el de frutas y hortalizas, al menos en lo que se refiere a la demanda, según considera José Manuel Rodríguez Molina, miembro de la Representación Permanente de España en la Unión Europeas. «Los centros de distribución serán los mismos, aunque los consumidores pedirán productos más elaborados y de mayor calidad». No espera que haya grandes cambios en a OCM del sector, aunque Bruselas insistirá en una política de calidad y de apertura de mercados.

Sectores con porvenir

Rafael Roldán Retuerto, presidente de AmbersCo, considera que entre los sectores con futuro en Murcia, además del sanitario, farmacéutico o el de medio ambiente, están las industrias relacionadas con los recursos hídricos (riegos, reutilización de aguas, etc).

Otros sectores con futuro son los de ocio y calidad de vida, el de seguridad (el crecimiento sostenido del turismo está relacionado con este servicio), alquiler de coches y párkings (por la llegada del AVE y la mejora de las comunicaciones en autovía), industria del mar, etc

Parte fundamental de este entramado regional de posibilidades futuras se sostiene en la participación activa del gran número de inmigrantes llegados en los últimos años. El profesor Joaquín Arango afirma que ninguna zona ha tenido un crecimiento tan vertiginoso como el experimentado aquí, de tal modo que el aumento del empleo está ligado a la población extranjera. «Nada va a influir tanto en la evolución de la sociedad murciana – dice el sociólogo – como la integración paulatina de los inmigrantes».