La ultraderecha y el bloque conservador desalojan del poder a la socialdemocracia en Suecia

El presidente de la cámara puede presentar candidatos hasta cuatro veces antes de convocar elecciones anticipadas

El País, Belén Domínguez Cebrián, 25-09-2018

Suecia atraviesa un periodo de incertidumbre desde el pasado 9 de septiembre, cuando la candidatura del centroizquierda, liderada por los socialdemócratas, ganó por un solo diputado (144 a 143) a la liderada por la Alianza de Ulf Kristersson. Mientras, los DS conseguían colarse en el tercer puesto en el Parlamento (62 escaños) y se convertían en un actor decisivo después de años sufriendo un cordón sanitario (aislamiento pactado) por las demás fuerzas tradicionales a un lado y otro del espectro político. 

Los focos están ahora sobre el partido Liberal (que forma parte de Alianza). Ni ellos ni los de Centro quieren apoyar ni formar parte de un Ejecutivo en el que de una forma u otra tengan poder los DS. Esta actitud no cuadra, sin embargo, con su voto en contra a los socialdemócratas de este martes. “El bloque de izquierdas es mayoría. Veremos qué hacen en las siguientes votaciones los Liberales. Serán la clave”, sostiene una fuente del partido socialdemócrata.

La aritmética parlamentaria deja ahora al país sin un bloque claro y sin que por el momento se sepa quién liderará el Gobierno en Suecia. Según los analistas, el conservador Ulf Kristersson podría intentar formar el nuevo Ejecutivo siempre que sea llamado por el presidente de la Cámara. Pero el problema es que necesitaría el apoyo del bloque de centroizquierda, al que pertenecen los socialdemócratas del hasta hoy primer ministro, Stefan Löfven, y que ya se han negado; o el de los DS, en cuyo caso la Alianza saltaría por los aires por el rechazo de plano de los Liberales y los de Centro. 

El xenófobo Åkesson ha asegurado este martes que nunca apoyarán un Gobierno que no tome decisiones en cuanto a la inmigración, la salud, las pensiones y la seguridad, haciendo así honor a su lema electoral omnipresente en cada pueblo, en cada marquesina de autobús, en cada farola: ‘Ley y orden’. Así, cada partido —incluido el socialdemócrata de Löfven— fue durante la campaña electoral amoldando sus posturas para intentar recuperar electores que de pronto se vieron metiendo la papeleta de Åkesson en la urna.

El ascenso de la extrema derecha en Europa ha forzado a algunos partidos tradicionales a tomar una incómoda decisión: estar dispuestos compartir el poder con estas formaciones populistas (como en Noruega y Finlandia, con los xenófobos y eurófobos en el Gobierno; o en Dinamarca, con un Gobierno investido gracias al apoyo de la extrema derecha) o preferir pactar con los rivales tradicionales para mantener a los nuevos alejados, como ha hecho Suecia hasta hoy.

En una primera versión se escribió Riskdag en referencia al Parlamento sueco, cuando lo correcto es Riksdag.

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