Visto en Twitter
La desagradable escena racista y machista vivida en el Metro de Madrid
Un hombre no quiso ceder el asiento a una mujer con su bebé por ser "panchita". Después se vivió otro momento de tensión con comentarios sexistas hacia otra mujer
El Periodico, , 25-09-2018Lluís Mosquera narraba en Twitter una escena desagradable que había vivido en el Metro de Madrid donde se mezclaron una situación racista inicial con una sexista.
Según este usuario, una mujer con un bebé había pedido a un hombre de mediana edad que le cediera el asiento, uno de los reservados precisamente para ellos. “La señora era colombiana y el señor un energúmeno maleducado”, adelanta.
A él no le pareció bien ceder el asiento, pero tuvo que hacerlo ante la mirada de la gente.
Lluis Mosquera:
El caso es que el señor ha seguido hablando en voz “baja” sobre lo mal que le parecía tener que cederle el asiento a “una panchita”. Porque él lleva pagando muchos años esos asientos. Yo no sabía que los señores maleducados pagan los asientos del metro.
Ella le pidió “educadamente” que se callara, pero fue la chispa que encendió las ganas que tenía el hombre de explicar “lo español que era”, llamándole constantemente “panchita”.
Como en anteriores ocasiones, el resto de pasajeros se posicionaron a favor de la víctima y en contra del hombre que claramente mostraba un comportamiento racista.
Llluis Mosquera:
Lo siguiente que ha pasado ha sido esperanzador. Casi toda la gente del metro ha increpado al señor y le ha pedido que se calle. Hasta los que estábamos lejos. Pero esto ha hecho aparecer un nuevo personaje en la historia: el amigo del señor.
Pero según Lluis, esto acababa de comenzar, porque el hombre tenía un acompañante.
Lluis Mosquera:
El señor número uno era un asqueroso racista. Y maleducado. Pero el número dos además de todo eso, daba miedo.
Y entre ambos, dándose cuenta de que a su lado había otro hombre sudamericano. “Y a los hombres se les puede pegar”.
Lluis Mosquera:
Pero este era un hombre. A los hombres se les puede pegar. Y eso ha hecho.
Ante tal situación de tensión, la señora del bebé había optado por apartarse de la escena con bastante vergüenza, pero otra mujer se iba a plantar ante el espectáculo que estaba dando el hombre.
Lluis Mosquera:
Por cierto, la señora del bebé llevaba un rato callada. Muerta de la vergüenza.
Y en mitad de lo que iba a ser una pelea racista y claustrofóbica… una chica de unos veinte años ha dado cuatro gritos. Pero cuatro, no han hecho falta más. Y lo ha resuelto todo.
El problema es que el hombre cambió su objetivo y comenzó a insultar a esta joven, a llamarla fea, pero ésta no se cortó: “Me da igual que me llames fea, no he salido a la calle para gustarte”, le dijo.
Lluis Mosquera:
Ha dicho lo que hay que decir. Que basta ya, que si no les da vergüenza… quiero pensar que si me leéis es por que más o menos os podéis imaginar lo que ha dicho la chica. Con firmeza, rabia (casi impotencia) y muy buenas palabras. Hasta que no.
Tras un largo enfrentamiento entre ambos, el hombre le hizo un gesto amenazante, ante lo que el otro hombre que había sido agredido respondió:
LE VAS A PEGAR A ELLA?
ES
UNA
CHICA.
Según Lluis, no lo habría dicho en “tono protector”, sino para ofender “la supuesta hombría del agresivo”, buscando la pelea entre ellos.
Afortunadamente el Metro paró y ahí se acabó la escena porque los protagonistas se bajaron en la misma parada, poniendo fin al sinsentido que habían provocado.
Lluis Mosquera:
El metro ha parado y todos hemos bajado en la misma parada. Por fin me he podido acercar a la chica y casi me he disculpado yo por lo que ha tenido que vivir. No sabía cómo ayudarla desde lejos. Estaba flipando. No sabía cómo expresar mi empatía. Pero quería ayudar.
Pero una vez finalizado el conflicto, llega la reflexión:
Luis Mosquera:
A lo mejor ese señor se hubiese llevado una lluvia de hostias si no fuese por esa chica, pero ha necesitado ser él el falso protector. El héroe de la historia.
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