TALLAS GRANDES
ABC, 02-05-2006
TEATRO
«Las mujeres de verdad…»
Autora: Josefina López. Versión y dirección: Garbi Losada. Escenografía: Fernando González. Vestuario: La Gallina Ciega. Iluminación: Carlos Salaberri. Intérpretes: Lilliam Kouri, Sara Cozar / Saskia Guanche, Edelweiss Hernández, María Isabel Díaz / Leticia Martín y Yeyé Báez. Lugar: Teatro Fígaro. Madrid.
JUAN IGNACIO GARCÍA GARZÓN
Se percibe en la cartelera madrileña una marea reivindicativa de las tallas grandes: coinciden en ella «Gorda» (Alcázar), esta «Las mujeres de verdad tiene curvas» y, en lo que respecta a estética masculina, «La curva de la felicidad» (Lara); un muestrario XXL que va del sarcasmo agridulce de la primera a la abierta comicidad de los otros dos títulos. La pieza de la autora chicana Josefina López está construida con gruesas lonchas de vida aliñadas con salsa autobiográfica, pues ella vivió en Estados Unidos, cuando aún indocumentada trabajaba en un taller de costura clandestino, experiencias como las retratadas en la obra. Una historia que ha conocido numerosos montajes y que la colombiana Patricia Cardoso llevó al cine en 2002, cosechando premios como el Especial del Jurado a dos de sus actrices, el del Público en el Festival de Sundance, y el de la Juventud en el de San Sebastián.
El montaje muy eficazmente dirigido por Garbi Losada, que se presenta en Madrid tras una amplia gira, sitúa la acción en España un poco forzadamente, pues se entendería igual o mejor si transcurriera como en el texto original, o sea, en Estados Unidos, porque el tipo de situación que refleja parece muy específico de los inmigrantes latinos en territorio estadounidense. En cualquier caso, Josefina López se centra con gracia y conocimiento de causa en las peripecias de un pequeño taller montado por una joven latinoamericana y en el que, además de su madre y su hermana pequeña (personaje en el que se perfila la autora), trabajan otras dos mujeres.
En ese recinto donde cosen a destajo vestidos que a ninguna de ellas les valdrían y que luego son vendidos en tiendas por un precio casi doscientas veces superior al que ellas reciben por su confección, las mujeres hablan de hombres y de hijos, de las cosas de la vida, de regímenes de adelgazamiento, de sus problemas con el departamento de inmigración, de sus aspiraciones, se desvisten para luchar contra el calor que las asfixia, celebran la rotundidad de su formas, cantan, bailan, y rematan con un pespunte de alegría de vivir la costura de sus afanes cotidianos. Teatralmente no presenta muchas complicaciones esta suerte de sainete real como la vida misma lleno de momentos muy divertidos. Lo interpreta con solvente frescura y se lo apropia un elenco compuesto íntegramente por actrices de origen cubano que parecen pasárselo estupendamente en escena y transmiten al público su desbordante entusiasmo king size.
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