Euskadi y la Europa migrante

Diario de noticias de Gipuzkoa, BEATRIZ ARTOLAZABAL , 21-09-2018

Los diversos recursos de emergencia que hemos establecido las instituciones, con el Gobierno vasco y Cruz Roja Euskadi a la cabeza, han realizado casi cuatro mil atenciones a personas migrantes de origen subsahariano que, a lo largo de este verano, están cruzando la península en busca de una vida digna en la Unión Europea.

Son jóvenes que han abandonado prematuramente a sus familias, mujeres muchas veces denigradas, personas llenas de potencial vital pero que padecían situaciones extremas. Quien conozca los detalles de alguna de esas vidas no puede menos que estremecerse: hambrunas, persecuciones sociales, guerras y enfrentamientos tribales, violaciones, amenazas de las dictaduras locales y estatales o la insaciable voracidad de quienes esquilman la riqueza y la sostenibilidad natural de esos países.

Dentro de ese movimiento migratorio en Euskadi nos hemos encontrado con una realidad nueva, sin información previa y con la necesidad de responder a una situación humanitaria urgente e imprevista de la que no hemos recibido dato alguno con antelación por parte del Estado. Hemos actuado asumiendo el criterio de corresponsabilidad, pero todo ello pone de manifiesto la necesidad de una coordinación e información previa y eficaz por parte del Gobierno español y hemos propuesto una eficaz gestión conjunta a Europa.

Se trata de un fenómeno al que en Euskadi respondemos positivamente demostrando nuestra solidaridad. Las instituciones vascas y las entidades sociales hemos creado, más allá de nuestros ámbitos competenciales, un sistema ordenado de respuesta a los fenómenos migratorios. Nuestra gestión ni es perfecta ni está acabada;pero es integral y con ella estamos respondiendo a una realidad cambiante. Junto a Cruz Roja Euskadi en tan solo dos meses hemos habilitado casi 250 plazas de atención de urgencia a migrantes y dos centros de atención para estancias breves y para refugiados.

Además, Euskadi elevará a Europa la propuesta SHARE, clave para compartir la responsabilidad de acogida y basada en tres parámetros: ingresos fiscales, población y desempleo de cada ámbito territorial. Al Gobierno español le hemos propuesto una agenda de trabajo para dar una respuesta prioritaria a la inmigración legal, personas refugiadas, migrantes en situación no regularizada, MENAs y JENAs. Aquí, en Euskadi, se impulsa un Pacto Social Vasco para la Migración basado en la solidaridad y la corresponsabilidad.

Ahora estamos mejor preparados y seguimos atendiendo a las personas que llegan en sus rutas migratorias a través de la Unión. Desde que se detectó la situación, creamos una Mesa Interinstitucional con una comunicación permanente, ya que surgen dificultades territoriales diferentes que requieren actuaciones distintas. Hay una buena coordinación, diaria y permanente.
Las migraciones forman parte de la historia de la humanidad: comunidades europeas a América, africanas a Europa o asiáticas a todo el mundo. Ello, además de las habituales corrientes migratorias internas habituales dentro de los estados. Todavía son recientes las situaciones vividas en Calais, Turquía, Tijuana, Kurdistán, Venezuela o Siria, por citar algunas.

La población de la Europa de los 28 está cambiando: nuestra sociedad del bienestar reduce su población y envejece demográficamente y con ello se cuestiona su sostenibilidad y futuro. Estamos ante un gran dilema o un gran reto, también en Euskadi. El viejo continente ha de planificar con eficaz audacia los pasos inmediatos y a más largo plazo de nuestro desarrollo.

Todo ello influye en la sostenibilidad del planeta: grandes regiones de despueblan y se degradan debido a una extracción incontenida de sus recursos;otras se saturan de población a pesar de carecer de recursos que garanticen una vida digna a sus moradores. Ese previsto 70 % de la población mundial que en 2050 vivirá en las ciudades tras el abandono de zonas rurales nos ha de preocupar a todos. La falta de equilibro sería evidente.

La contracción económica, la migración y los desastres naturales han provocado pérdidas de población, sobre todo en las últimas dos décadas, en ciudades del este de Europa, Rumanía, Ucrania, Federación Rusa y África. En los años venideros resultará fundamental cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible con sus pilares económico, social y ambiental dentro de ese restablecimiento equilibrado de nuestras sociedades.

En lo que a nosotros nos toca, es preciso que Europa defina con urgencia una política y estrategia previsora y eficaz para la migración. Así se lo hemos solicitado desde el Gobierno vasco a los presidentes Juncker y Lambertz. Es verdad que Europa no puede hacer nada si no dispone de las atribuciones, competencias y recursos que manejan hoy los estados miembros. Si Europa establece cuotas de acogida y los estados no las cumplen;si no penaliza esos incumplimientos y si no ejerce autoridad ante lo que cada uno hace, el asunto está muy complicado. ¿Acaso no estamos hablando permanentemente del Pilar Europeo de los Derechos Sociales?

Desde el Gobierno vasco hemos pedido a Bruselas que los procedimientos en la gestión fronteriza de migrantes en tránsito competencia de los gobiernos estatales respeten la legalidad, las garantías y derechos humanos de las personas afectadas. Asimismo, desde el inicio de la crisis humanitaria en el Mediterráneo, mantenemos una interlocución ininterrumpida con los ejecutivos de Rajoy y de Sánchez para mejorar la coordinación y modificar las políticas públicas en materia de migración y refugio, de modo que los gobiernos autonómicos y locales desempeñen un papel decisorio en su gestión y desarrollo.

Esta situación merece una reflexión en profundidad por parte de todas las instituciones democráticas de Europa. Desde Lakua, apostamos por una estrategia compartida que incluya iniciativas a corto, medio y largo plazo y que apele a la acción conjunta de todas las instituciones que conformamos la Unión Europea, con un programa de acción que identifique la situación actual y la evolución prevista, que calcule las necesidades y recursos disponibles, planteando un compromiso colectivo de la comunidad internacional para actuar en los países de origen de las personas migrantes.

Euskadi cuenta con 9% de población inmigrante;en Europa esa cifra es de un 12%. Nos encontramos en un contexto geopolítico diferente en el que nuestro país ocupa una posición estratégica de paso en pleno corredor atlántico europeo. Estamos dispuestos a apoyar este esfuerzo compartido de toda la Unión Europea para definir y desarrollar una acción bien planificada que ofrezca soluciones a la realidad migratoria en sus diversas expresiones: regular o irregular, en tránsito o de menores no acompañados. Estamos definiendo una Europa más humana, sostenible, solidaria y comprometida con los desafíos globales. La nueva Europa es también migrante y ante esa realidad no se pueden cerrar los ojos.

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