OBITUARIO. PAUL SPIEGEL

OBITUARIO: Luchador contra el antisemitismo

El Mundo, 02-05-2006

Hay pocos cargos públicos en Alemania con tanto alcance moral como el que desempeñó Paul Spiegel durante los últimos seis años. El máximo representante de los 100.000 judíos censados que viven en Alemania acaba de fallecer víctima de una larga enfermedad en un hospital de Düsseldorf, a la edad de 67 años, dejando un importante vacío tras de sí. Spiegel probablemente sea el último superviviente del Holocausto que haya presidido el Consejo Central de los Judíos en Alemania.


Su vida estuvo siempre marcada por la barbarie nazi – que acabó con la vida de su hermana, Rosa, en el campo de concentración de Bergen – Belsen – . Su familia era oriunda de Warendorf, en Westfalia.Paul Spiegel tuvo que abandonar esta localidad huyendo de los nazis, de la mano de su madre, a la tierna edad de dos años.Sobrevivieron en Bélgica, escondidos en una granja, gracias a una familia que mostró compasión con ellos. Su padre logró sobrevivir a tres campos de concentración: Buchenwald, Auschwitz y Dachau.


No es de extrañar pues que Spiegel dedicara su vida a combatir el antisemitismo. «Habló, cuando otros optaron por callar», recordó al conocer su muerte la canciller Angela Merkel, y destacó que «defendió con enorme compromiso y energía los destinos de la comunidad judía en Alemania». Una comunidad que vive traumatizada por el exterminio en el país que acabó con seis millones de judíos y casi un millón de gitanos, e inventó la macabra solución final.


Spiegel fue siempre una piedra incómoda en el zapato alemán, presto a dar la señal de alarma ante todo caso de xenofobia y antisemitismo, a recordar un pasado no tan lejano. Cuando relevó a Ignatz Bubis al frente del Consejo, hacía ocho años que era vicepresidente. El fue quien recibió al primer jefe de Estado israelí que pisó suelo alemán, durante la inauguración de una sinagoga.


Nunca tuvo pelos en la lengua y, recientemente, durante la polémica que despertaron las caricaturas de Mahoma, criticó la violencia, al tiempo que exigió «mayor sensibilidad para las comunidades religiosas musulmanas». De «conciliador iracundo» le tacharon algunos medios, porque ante los ataques de la ultraderecha contra extranjeros en Alemania, salía siempre a la ofensiva. Spiegel exigía una y otra vez a los alemanes «claras señales de que la gran mayoría en este país busca la convivencia con nosotros, los judíos, en Alemania».


Siempre rechazó el victimismo. Y durante la inauguración del monumento a las víctimas del Holocausto en Berlín hace casi un año, Spiegel no se limitó a pronunciar un bello discurso, sino que criticó la falta de referencias concretas respecto de quiénes fueron los autores del exterminio judío, para luego recordar que el antisemitismo no es un problema tan sólo de los judíos, sino de toda la sociedad alemana.


Este apóstol a caballo entre la moral y el pragmatismo, termómetro del sentir xenófobo en Alemania, dedicó su vida a la reconstrucción de la cultura judía en este país. Comenzó como redactor en 1958 en un semanario judío y trabajó como periodista durante más de una década. No sería hasta 1986 cuando fundó una agencia cultural, en la que este hombre con don de gentes catapultó a artistas al estrellato televisivo o teatral.


Estaba casado y era padre de dos hijas. Un infarto cerebral, que se había complicado con un principio de leucemia, le ha costado la vida.


Paul Spiegel, presidente del Consejo Central Judío en Alemania, nació el 31 de diciembre de 1937 en Warendorf, en Westfalia (centro – oeste de Alemania) y falleció el 30 de abril en un hospital del Estado germano de Düsseldorf.

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