Santa Cruz de Tenerife
Un patrón y un menor de edad viajaban entre los 62 inmigrantes indocumentados que ayer llegaron en cayuco a Tenerife, y uno de los cuales ha sido ingresado en un centro hospitalario debido a su mal estado de salud por la larga travesía marítima.

Un patrón y un menor de edad viajaban entre los 62 inmigrantes indocumentados que ayer llegaron en cayuco a Tenerife, y uno de los cuales ha sido ingresado en un centro hospitalario debido a su mal estado de salud por la larga travesía marítima.

Los inmigrantes fueron avistados por medio del radar móvil del Servicio Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) cuando se acercaban al sur de Tenerife y a su encuentro salió la embarcación Río Gallo de la Guardia Civil, según fuentes de la Subdelegación del Gobierno en la provincia de Santa Cruz de Tenerife.

La embarcación en la que viajaban estos 62 inmigrantes parece ser que salió de las costas ded Mauritania. Al detectarse en tierra que sus integrantes hablaban varios idiomas, se trabaja en al hipótesis de que éstos proceden de varios países. Los inmigrantes fueron acercados al muelle de Los Cristianos, en el municipio de Arona, donde recibieron atención sanitaria y uno de ellos ha sido trasladado a un centro sanitario por estar en peores condiciones físicas, debido a la larga travesía desde la costa africana hasta Tenerife.

otra, en motril. La embarcación interceptada el sábado por la noche por la Guardia Civil frente a las costas de Motril (Granada) estaba ocupada finalmente por 37 inmigrantes, dos de los cuales dicen ser menores. La embarcación fue localizada por el Servicio Marítimo de la Guardia Civil cuando se encontraba a unas veinte millas al sur de la localidad granadina.
Condenan a 5 años de cárcel a un patrón
(Foto: canarias7)AMPLIAR

Debilitados. Los inmigrantes estaban muy débiles.

n La Audiencia de Granada condenó a cinco años de cárcel por un delito contra el derecho de los ciudadanos extranjeros a un marroquí de 23 años, al que considera el patrón de una embarcación ocupada por 28 inmigrantes. En la sentencia, a la que tuvo acceso Efe, el tribunal considera que Omar K. condujo la embarcación «con ánimo de ver enriquecido su patrimonio», y le acusa de haber puesto en riesgo la vida de los inmigrantes, muchos de los cuales no sabían nadar, por carecer la patera de las más elementales medidas de seguridad. Los hechos se remontan al 9 de septiembre de 2005, cuando el acusado fue sorprendido por una patrulla del puesto de Costas de la Guardia Civil tras haber desembarcado en la playa de Calapino. Los integrantes de la expedición clandestina habían pagado entre 6.000 y 9.000 dirham (entre 600 y 900 euros) por hacer la travesía.