Guardacostas tunecinos detuvieron en la ciudad septentrional de Kalibia a 13 personas que pretendían cruzar el Mediterráneo y entrar de forma irregular en Europa, informó hoy la agencia oficial de noticias local TAP.

Según la fuente, todos los detenidos tienen edades comprendidas entre los 20 y los 35 años y son originarios de diferentes regiones del país.

Durante la operación, las fuerzas de seguridad requisaron cerca de 25.000 euros, además de un coche y de la embarcación que iba a ser utilizada en el viaje.

Las costas que se extienden entre Trípoli y la frontera con Túnez se han convertido en los últimos dos años en el principal bastión de las mafias que trafican con seres humanos, pese a la presencia de patrulleras europeas.

La isla de Kerkennah es el principal punto de partida desde Túnez hacia la isla italiana de Lampedusa, que se encuentra a apenas 160 kilómetros de distancia, aunque la salida de migrantes en situación irregular rumbo a Europa es menos frecuente que en las vecinas Libia y Argelia.

La mayoría de los que se aventuran al mar son jóvenes desempleados tunecinos que buscan una esperanza de futuro ante la aguda crisis económica que padece su país, que ha puesto en riesgo la única transición democrática que ha sobrevivido a las fracasadas “primaveras árabes”.

Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones, vinculada a la ONU, durante los primeros ocho meses del año al menos 3.800 migrantes tunecinos alcanzaron las costas italianas, el doble que en el mismo periodo del pasado año.