Los inmigrantes ilegales desafían a EE UU

Los trabajadores hispanoamericanos protagonizan hoy un paro total para

La Razón, 01-05-2006

Nueva York – Hacer boicot o no hoy lunes, 1 de mayo, Día del Trabajo en
muchos países. Éste era el dilema que vivían ayer los inmigrantes que de
Estados Unidos. Era para ellos su especial día de reflexión. Tenían que
decidir si secundaban el boicot, al que se había llamado para hoy. Un
joven mexicano que trabaja en la cadena de supermercados C – Town reconoce a
LA RAZÓN la encrucijada en la que se hallan miles de inmigrantes:
«Señorita, tenemos que hablar primero con el manager para ver qué
podemos hacer. Yo quiero el boicot. Pero si nos botan, ¿pues, qué
hacemos?».
   En cambio, Marleny Hernández, colombiana, apoya sin
fisuras el paro. «Tenemos que hacer boicot todos. También vosotros, los
reporteros. El mundo tiene que ver cuál es la realidad de los inmigrantes
que hacemos este país», concluye. Este fin de semana, comerciantes a lo
ancho de todo el país, sobre todo hispanos, han anunciado que van a
cerrar. La mayoría tiene sus papeles en regla, pero todos se acuerdan de
sus comienzos en la tierra prometida. Durante las últimas semanas,
millones de inmigrantes han marchado por las principales ciudades del país
para reivindicar sus derechos. Es su única manera de desafiar al Congreso
estadounidense, en el cual se debate de forma acalorada desde hace semanas
la reforma de inmigración.
   Emplear a «sin papeles». El pasado
10 de abril, Día Nacional de Acción Civil, se echaron a la calle unos dos
millones de personas para protestar por la ley H. R. 4437, aprobada el
pasado diciembre en la Cámara de Representantes dentro de un paquete de
medidas de seguridad nacional, pero que afecta de lleno a la comunidad
inmigrante en este país. Dicha norma criminalizaría permanecer y trabajar
en todo Estados Unidos de forma ilegal y prestar ayuda u ofrecer empleo a
un indocumentado.
   Ahora la cuestión estará en ver cuántos
inmigrantes llevarán a la práctica su decisión de parar hoy para ver si
Estados Unidos, primera economía del mundo, puede aguantar el tirón de una
jornada completa sin estos trabajadores. En situación ilegal, se
encuentran casi 12 millones, los cuales representan en torno al cinco por
ciento de la clase laboral en EE UU. Hacen los trabajos que los
estadounidenses no quieren. Limpian, cocinan, sirven, lavan. Hacen de las
urbes estadounidenses, como la ciudad de Nueva York, metrópolis abiertas
las 24 horas del día.
   Se manifiestan porque dicen que no son
criminales y advierten que «hoy marchamos, mañana votamos». Algunos
todavía creen posible la vía a una amnistía y a la nacionalidad soñada.
Según los datos que manejan las asociaciones de derechos civiles, los
inmigrantes contribuyen con 7.000 millones de dólares al año a la
Seguridad Social. De esta forma, ganan unos 240.000 millones, declaran
90.000 y se les devuelven 5.000. En EE UU, los datos no se cruzan, por lo
que es viable hacer la declaración de la renta a pesar de estar en
situación irregular. Hoy hay programadas manifestaciones en todas las
grandes ciudades del país, Los Ángeles, San Francisco o Nueva York, desde
primera hora de la mañana. Ahora, resta la respuesta de los políticos
estadounidenses.
   A punto estuvieron de llegar a un acuerdo para
rebajar la dura ley de inmigración aprobada en la Cámara de
Representantes, pero las luchas internas en el seno de las formaciones
republicana y demócrata impidieron que se llegase a un acuerdo, a pesar de
que estaba ya anunciado. Pero los inmigrantes no parecen muy dispuestos a
esperar más para cumplir su particular sueño americano y prometen dar
batalla en las calles.
   

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