REPORTAJE

Visa para un sueño

El Periodico, 01-05-2006

Objetivo: vivir legalmente en Estados Unidos. Medios: un colchón, dos bolígrafos y un cuaderno. Lugar: la galería White Box, en Chelsea, Nueva York. Premio: los servicios gratuitos de un abogado para solicitar una visa o visado 0 – 1 y tener el “privilegio” de permanecer en el país de las oportunidades durante tres años. Idea: Wooloo Productions, el colectivo que ha viajado desde Berlín a Nueva York para montar el proyecto Asilo creativo y convertir un espacio de arte dirigido por el español Juan Puntes en un centro de detención donde los artistas estuvieron secuestrados entre el 24 y el 28 de abril. Participantes: 10 artistas de Venezuela, Alemania, Japón, Ucrania o Nigeria. Ganadora: la pintora de Serbia y Montenegro Dusanka Komnenic. ¿La sorpresa? El mexicano Antonio O’Connoll, que no pudo asistir porque le denegaron el visado y aún así envió su obra (el pasaporte y los papeles de un sin papeles sobre un colchón), se llevó un segundo premio, el político, improvisado sobre la marcha cuando un abogado de inmigración vio su propuesta y decidió tramitar su visado.
Los participantes llegaron el pasado lunes a las ocho de la tarde a White Box. Allí esperaban los padres del invento: Martin Rosengaard y Sixten Kai Nielsen, que eligieron a 10 finalistas entre 235 solicitudes de 43 países. Basados en su trabajo asylumhome.net, que explora las dificultades de los inmigrantes en busca de asilo en Europa, el colectivo les pidió crear una obra sobre la exclusión cultural, económica, física y social a este lado del Atlántico, emulando las restricciones de los indocumentados: con los mínimos recursos y la sola ayuda del público externo.
“La mayoría tiene un visado a punto de caducar”, dijo Rosengaard el lunes a este diario mientras hacía las preguntas de rigor y los artistas se comprometían a seguir las reglas: ni móviles, ni internet, ni comunicación entre ellos. Sólo podían intercambiar ideas con los visitantes. “La historia de Estados Unidos es una historia de inmigrantes. Ellos hacen que funcione, así que hemos elegido a cuatro finalistas de Latinoamérica, la principal minoría,” añadió, explicando que más que un artista se considera un activista político. Por eso, su apuesta nace de la realidad, de la necesidad.
Cualidad, ejecución y actitud determinaron el nombre de la ganadora: Dusanka Komnenic con Dónde está mi frontera. La pintora de 29 años llegó a Milwaukee hace cuatro y se hubiera visto obligada a abandonar Estados Unidos en julio de no haber sido por esta iniciativa. “Ya me he reunido con el abogado y todo está en marcha”, anunció exultante el sábado antes de inaugurar su exposición. “Ha sido muy interesante la interacción entre nosotros, dentro de la galería, y el público del mundo exterior”.
Komnenic, que hasta ahora tenía un visado de estudiante tramitado por el Instituto de Arte y Diseño de Milwaukee, todavía no sabe si volverá a esa ciudad o se mudará a Nueva York, la meca artística en la que casi todo parece posible. Al menos para ella y para el arquitecto mexicano O’Connoll, cuya ausencia ha estado muy presente en la galería. “Vamos a dedicarle una exposición y le hemos pedido a O’Connoll que prepare un trabajo sobre la negación de Estados Unidos ante las emergencias”, confirma Juan Puntes, director de White Box. Paradojas del arte y de la inmigración.

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