NINGÚN MOHAMED

Diario Vasco, AINGERU MUNGUÍA, 06-09-2018

Los caraduras que utilizan su piso protegido para incrementar los ceros de su cuenta corriente hacen un daño tremendo a la confianza en las políticas de vivienda pública. Cinco ‘listos’ de nuestra ciudad se han ido a casa de sus padres o a la de su primo para hacer caja con el inmueble público que, con el esfuerzo de todos, les proporcionó Etxegintza, pagando unas rentas (300 euros) que para sí quisieran el resto de sus convecinos. Debieron leer que lo del turismo era un filón y se quisieron subir a esa ola. Hacen daño porque dan la razón, aunque solo sea parcialmente únicamente suponen el 0,27% de los alquileres públicos de la ciudad, a esa gente que dice que le toca una VPO a gente con BMW. Pasa que, además de los controles que de oficio realiza la propia sociedad de vivienda, hay vecinos que pueden denunciar lo que ven y que, de hecho, lo hacen. Son los mejores testigos de Etxegintza. Los trasiegos constantes de maletas y los coches con matrícula extranjera en el garaje son difíciles de esconder. Por cierto, para quienes extienden el bulo de que todos los pisos públicos se los quedan los inmigrantes, les diré que no hay ningún Mohamed entre los cinco que se han intentado forrar con el dinero de todos.

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