Agrupaciones de inmigrantes latinoamericanos han convocado para hoy un «día sin inmigrantes» con la intención de mostrar la influencia que tiene la comunidad hispana en la economía de Estados Unidos. Más de 41 millones de hispanos viven en este país, de los cuales 12 millones carecen de papeles. Los promotores quieren presionar al Congreso para que apruebe una ley migratoria que solucione esta situación.

WASHINGTON

La comunidad latinoamericana de Estados Unidos llevará a cabo hoy un «día sin inmigrantes» con el objetivo de presionar al Congreso a que apruebe una reforma migratoria integral.

La idea de los organizadores es que los extranjeros se ausenten de las aulas, sitios de trabajo y centros comerciales, para hacer sentir su peso e influencia en el país, donde se calcula que viven unos doce millones de inmigrantes sin los papeles en regla.

Los más de 41 millones de latinoamericanos que viven en EEUU, que ahora conforman la minoría más grande del país tienen cada vez más poder político y económico. Las cifras de la Oficina del Censo apuntan, por ejemplo, a un poder adquisitivo en 2004 de 700.000 millones de dólares, y una proyección de más de diez millones de votantes para 2008, en comparación con los 5,9 millones del año 2000.

La movilización, que quiere evocar la militancia de la comunidad negra durante la década de los sesenta en defensa de sus derechos civiles, puede suponer la paralización de ciudades como Los Angeles, Chicago, Nueva York o Tucson, donde hay grandes concentraciones de latinoamericanos.

Con el boicot y las marchas programadas para hoy en decenas de ciudades de costa a costa en el país, los dirigentes de esta comunidad quieren refutar los argumentos de los conservadores de que los inmigrantes son una carga pública, quitan empleos a los estadounidenses y que no quieren integrarse a la sociedad.

Si se cumplen las expectativas, hoy, 1 de mayo, que en EEUU no es el Día del Trabajador como en la mayor parte del mundo y es laborable, se verá a decenas de miles de manifestantes en las calles ­se esperan 300.000 sólo en Chicago­ o verdaderas «ciudades fantasmas», como describe la película “Un día sin mexicanos”.

Divisiones internas

No obstante, la jornada de movilización ha dejado en evidencia los desacuerdos entre los grupos hispanos sobre las tácticas de presión ante el Legislativo. Por un lado, están grupos como la Coalición del 25 de marzo que apoya el paro general porque considera que la historia de EEUU está repleta de ejemplos de cómo la perseverancia es un ingrediente clave para cualquier lucha social.

Por otro lado, organizaciones como la Coalición Nacional de Inmigración del área de Washington consideran la jornada de protestas prematura y contraproducente, y opinan que la mejor opción sería dar tiempo a que el Congreso ventile las diversas propuestas migratorias sobre la mesa.

El grupo de legisladores demócratas hispanos de la Cámara de Representantes también ha intentado desanimar a sus conciudadanos de su participación en los actos, al recordarles que la amenaza de despido, formulada por los empresarios, pende sobre todos los que se ausenten hoy de sus puestos de trabajo. Así, señalaron que los más perjudicados podrían ser los propios inmigrantes, que ya arriesgan su supervivencia por su estatus migratorio. «Urgimos a los miembros de nuestra comunidad a que eviten medidas innecesarias que pongan en riesgo sus trabajos, su educación o sus familias», indicó el grupo en un comunicado.