El concejal propone destinar el dinero de los cristales de la pérgola de San Basilio a pintarla y arreglar el jardín
José Ros se reunió ayer con vecinos de San Basilio y se comprometió a presentarles un proyecto que incluye, además, reparar la fuente y vallar el monumento al tuno
La Verdad, 29-04-2006El concejal de Parques y Jardines, José Ros, se reunió ayer con colectivos del barrio de San Basilio para buscar una solución al deterioro de la pérgola, acrecentado porque lleva ya 44 días sin los cristales laterales, que fueron retirados después de que La Verdad denunciara en la sección de La Chincheta que muchos de los vidrios presentaban agujeros y amenazaban con desprenderse y causar una desgracia a los vecinos.
El edil, que está convencido de que los agujeros fueron realizados por algunos desaprensivos con pedradas e incluso con disparos de pistola, no cree conveniente reponer los cristales «porque se los pueden volver a cargar de la misma manera». El concejal propuso a representantes de los distintos colectivos destinar el presupuesto de 7.200.000 de las antiguas pesetas, que costaría reponer los ventanales de cristal, a una rehabilitación más amplia de la pérgola, que lleva más de una década sin tocar.
Para ello quiso escuchar la opinión de distintos colectivos del barrio, si bien no convocó al presidente de la Asociación de Vecinos, Carmelo González Vidal, que es del PSOE, y que ya se ha manifestado claramente a favor de que se repongan los cristales.
El presidente de la recién constituida – en marzo pasado – Asociación de Consumidores y Usuarios de San Basilio El Grande, Jesús Esteban, es partidario de que «se siga manteniendo la pérgola como se está haciendo, con la restauración de las tejas del techo aunque los cristales no son imprescindibles». La nueva asociación va a pedir al ayuntamiento que lleve a cabo en la próxima legislatura la remodelación integral de la plaza, retomando la idea del proyecto de Tusquets. «Sería absurdo gastarse ahora ese dinero para hacer un parche cuando verdaderamente no hacen falta porque estos días ha llovido y no nos hemos mojado».
El presidente del centro de mayores de San Antón, Ceferino Martínez, opina que «la pérgola es un monumento a respetar y es una pena dejarlo que se estropee».
El párroco de San Basilio, Domingo Ballesta, asegura que la pérgola «es la seña de identidad del barrio. No estaría de más pedir la opinión de un arquitecto porque si fue pensado de una forma, conviene conservarlo como se pensó». No obstante, el párroco considera que «si el ayuntamiento tiene otro proyecto, habrá que verlo».
La rehabilitación que propuso el concejal ayer in voce a los vecinos, y que se comprometió a plasmar en un proyecto que se les presentará en el plazo aproximado de un mes, incluiría pintar toda la pérgola, – lo que en una primera estimación costaría entre 2 y 3 millones de las antiguas pesetas – , arreglar la fuente, vallar el monumento al tuno, plantar flores en el jardín y arreglar el parterre de la calle Rey Pedro I, subiendo los bordillos, para que no se suban los coches encima.
Tejas de cristal
El edil explicó a los vecinos las dificultades que están teniendo para encontrar tejas de cristal para reponer las que se rompen en el techo «porque ya no se fabrican». En cuanto a los ventanales, descartó el metacrilato «porque es todavía más caro que el cristal y se rompe igual de una pedrada o un balazo». En cuanto a algún tipo de plástico, aseguró que «aparte de que con el sol se vuelven opacos, tampoco está garantizado que por el efecto de una pedrada u otro impacto no se rompa y se caiga encima de alguien ocasionando un percance».
Los vecinos de San Basilio aprovecharon la visita del concejal para pedir que coloquen sendas puertas en las dos escaleras que bajan hasta la entrada del escenario de la pérgola para evitar que lo sigan utilizando como urinario. La asociación de la tercera edad también solicitó que se aproveche la remodelación de la pérgola para habilitar tres pistas de petanca, una afición muy extendida entre los mayores del barrio.
Los colectivos vecinales quieren aclarar que no existe ningún sentimiento racista en el barrio frente a los grupos de sudamericanos, especialmente ecuatorianos, que se reúnen en la pérgola a bailar o que utilizan las pistas para jugar. «Son una gente estupenda, que no se mete con nadie y no tenemos ningún problema con ellos».
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