«Palma-Palmilla debe aprovechar las oportunidades de su multiculturalidad»

Francisco Aguado, presidente de la Asociación Huerta-La Palma (distrito 5)

Diario Sur, FRANCISCO GUTIÉRREZ, 29-08-2018

Nueve barrios y varios diseminados conforman el distrito número 5 de Palma – Palmilla, hasta hace poco sinónimo de marginalidad. Pero queda mucho trabajo por delante, la integración de los distitos colectivos y étnias que se han asentado en la zona y la mejora de la convivencia vecinal, además de la atención a las necesidades de muchas familias que siguen pasándolo mal.

–¿Se ha podido desprender el barrio de ese estigma de droga, marginalidad y delincuencia?

–Poco a poco y con el trabajo de muchas personas, Palma – Palmilla está dejando atrás ese estigma y esa lacra que nos relacionaba con drogas y delincuencia. En su momento había un temor lógico y razonable desde otros sectores de la ciudad, que veían este barrio como una ‘ciudad sin ley’. Hoy día no es ni mucho menos como lo pintan. A lo largo de estas décadas ha ido cambiando, y mucho. Hoy es un barrio donde se puede vivir, con sus problemas, con otras necesidades y dificultades.

–¿Sigue siendo la seguridad ciudadana una de las deficiencias del barrio?

–Sí, es una de las carencias. Hemos pedido en multitud de ocasiones el incremento de la plantilla de las policías Nacional y Local. Pero no solo hace falta más número de agentes, también que sean más efectivos en materia de prevención. Y tener una presencia más constante en algunas zonas que se sabe más conflictivas.

–¿Ha mejorado el barrio en materia de limpieza, transportes o servicios públicos en general?

–Está algo mejor en algunos aspectos, en otros se puede progresar bastante. Por ejemplo, en la limpieza viaria hay un déficit importante. Hay suciedad y muebles y objetos tirados. El mantenimiento de las zonas verdes es también deficitario, sobre todo el tratamiento de taludes o cauces, que están muy abandonados. La EMT funciona con regularidad, aunque se podría ampliar y renovar la flota de las líneas que llegan al barrio.

–El equipamiento de zonas infantiles y deportivas, ¿es suficiente?

–Es claramente insuficiente. Los niños no tienen dónde jugar. Hace falta ampliar el número de parques infantiles, y los que hay, mantenerlos de manera adecuada. En cuanto a zonas deportivas, casi no las hay: no hay pistas de futbito, de tenis o baloncesto. La única pista deportiva que merece la pena es la de La Virreina pero, quitando esta, hay una enorme carencia de zonas deportivas.

–Hace tres años presentaron en el Ayuntamiento una propuesta, un decálogo para una ciudad mejor, ¿se han tenido en cuenta algunas?

–Bueno, pues algunas sí que se han llevado a cabo. Otras propuestas no se han materializado, y el tiempo pasa y no hay respuesta real por parte del distrito.

–¿Cuál es la idea fundamental, en lo que respecta a Palma – Palmilla?

–Hacemos mucho hincapié en los aspectos sociales y culturales del distrito. Y en que hay que pisar la calle para percibir la realidad y las necesidades del distrito. Los colectivos estamos para ayudar, pero no podemos hacernos responsables de lo que es función del Ayuntamiento o de los servicios sociales municipales. Es cierto que están desbordados, porque hay mucho trabajo y muchas necesidades que atender, pero por esto son necesarios más recursos, más medios materiales y sobre todo personales para hacer frente a estos problemas.

–El plan comunitario Palma – Palmilla Proyecto Hogar se presentó como una experiencia de participación ciudadana, ¿cuál es su valoración, trece años después de su puesta en marcha?

–En el barrio hay más de 80 colectivos vecinales, sociales o deportivos, aunque a la hora de la verdad que trabajen realmente por el barrio son muy pocos. En su momento se presentó este Proyecto Hogar como grupo motor y coordinador de otros muchos colectivos. Pero muchas asociaciones, entre ellas la nuestra, nos preguntamos en qué consiste y dónde está Proyecto Hogar. Observamos que su presencia en el barrio es prácticamente nula y no ha repercutido en ninguna mejora de sectores o barriadas del distrito.

–Ayuntamiento y Junta está llevando a cabo un plan de rehabilitación de edificios. ¿cómo valoran el desarrollo de este programa?

–Se está invirtiendo mucho dinero en el programa de rehabilitación de viviendas. Está bien que las administraciones se impliquen en la mejora del barrio, que promuevan la constitución de las comunidades de vecinos para el mantenimiento de los edificios. Pero observamos que en muchos de los que se han rehabilitado, ya surgen problemas. Los propietarios no han sabido o no han podido asumir sus responsabilidades de conservar la rehabilitación, de mantener el funcionamiento de la comunidad, y ya se están dando problemas de cortes de luz o de ascensores que han dejado de funcionar. Y son rehabilitaciones que se han acabado hace unos meses.

–Recientemente la Junta ha aprobado un plan de intervención en zonas desfavorecidas, ¿qué esperan del mismo?

–Entre otras cosas, que sirva para algo, que se haga efectivo, que cumplan lo que prometen. Que no pase como en otras ocasiones, en que Junta y Ayuntamiento no se ponían de acuerdo por distintos motivos.

–En los últimos años han llegado al barrio personas de otras étnicas, países y religiones, ¿cómo está siendo la convivencia y la integración?

–En términos generales la convivencia es buena, con sus pequeños confictos, como es natural. Lo que deberían hacer Junta y Ayuntamiento es promover actos que fomenten esa convivencia e integración, un plan de interculturalidad que mejore ese acercamiento entre personas y culturas.

–¿Qué es lo mejor que tiene La Palma – Palmilla?

–Pues precisamente esta amalgama de culturas de la que hablamos. Hay un potencial increíble si sabemos aprovecharlo y sacar partido de esta multiculturalidad. Tendríamos que saber aprovechar las oportunidades que ofrece y que no se dan en otros barrios de Málaga.

–¿Y lo peor?

–Hay muchas familias que lo están pasando mal. Se necesitan más medios de servicios sociales para atender las necesidades de las familias. Hace falta una inversión real en temas como la convivencia vecinal. Y tenemos zonas de diseminados, que el Ayuntamiento no ha recepcionado y donde no llegan los servicios municipales, como Limasa.

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