La muerte de un joven saca a la calle a la ultraderecha alemana

El fallecido, un alemán de raíces cubanas, fue apuñalado el domingo por un sirio y un iraquí en una pelea en la ciudad germana de Chemnitz

Diario Sur, JUAN CARLOS BARRENA, 28-08-2018

La muerte a puñaladas de un ciudadano alemán de 35 años durante una reyerta en las fiestas de la localidad germano oriental de Chemnitz ha desatado una ola de violencia xenófoba con llamamientos a la caza y linchamiento de extranjeros por parte de grupos neonazis y de la ultraderecha en las redes sociales. El anuncio ayer de la detención como sospechosos del crimen de dos jóvenes de 23 y 22 años, de origen sirio e iraquí, respectivamente, no ha hecho sino aumentar la tensión en la ciudad industrial de Sajonia, Estado en el que los populistas y ultranacionalistas de la Alternativa para Alemania (AfD) podrían convertirse en primera fuerza política en los comicios del 2019, según los sondeos.

La Fiscalía señaló que un enfrentamiento verbal en la madrugada del domingo en el centro de Chemnitz derivó en una pelea en la que los dos sospechosos apuñalaron a Daniel H., quien falleció poco después de ingresar en un hospital. Otros dos hombres resultaron heridos de gravedad. La Policía investiga las causas de la pelea y el desarrollo de la misma, añadió el Ministerio Público, que no ofreció mas detalles al respecto.

El digital ‘Spiegel Online’ reveló ayer que Daniel H. era un alemán de raíces cubanas. Según su perfil de Facebook, contaba con formación como oficial de carpintería y se declaraba cercano al partido de La Izquierda, así como simpatizante de grupos antifascistas. «Daniel se mostraría indignado si supiera qué tipo de gente trata de instrumentalizar su muerte», señalaba un amigo en la red social, en referencia a los llamamientos de la ultraderecha pidiendo venganza y justicia popular.

Horas después de su muerte, unos 800 neonazis se manifestaron espontáneamente en la tarde del domingo en Chemnitz gritando lemas xenófobos. En vídeos tomados por testigos presenciales puede apreciarse cómo participantes en la protesta abandonaban una y otra vez la masa para perseguir y tratar de agredir a personas de aspecto extranjero que se cruzaban casualmente en su camino. La Policía local se vio desbordada y no fue hasta la llegada de refuerzos cuando logró controlar la situación y evitar males mayores. Las autoridades locales ordenaron la suspensión de las fiestas y el cierre del recinto festivo.

Las protestas se repitieron ayer, con la formación de dos bandos enfrentados con más de un millar personas en cada uno de ellos. Los agentes se colocaron entre ambos para evitar choques entre neonazis y ciudadanos que luchan contra el resurgir de la ultraderecha. El escenario fue la plaza que adorna una enorme cabeza de Carlos Marx y recuerda que en tiempos de la extinta República Democrática Alemana la ciudad de Chemnitz se llamaba Karl Marx Stadt. «Estamos bien preparados. Hemos solicitado fuerzas suficientes», dijo Sonja Penzel, jefa de la Policía local, que reveló la llegada de cientos de antidisturbios.

El Gobierno de la canciller Angela Merkel condenó ayer enérgicamente los sucesos de Chemnitz. Tras calificar de «terrible» la muerte de Daniel H., Steffen Seibert, portavoz del Gobierno, tildó de «inaceptables» las concentraciones de neonazis, «el acoso y caza de personas de aspecto y procedencia diferentes o el intento de sembrar el odio en las calles». El primer ministro de Sajonia y correligionario de la mandataria, Michael Kretschmer, señaló que resulta «asqueroso cómo la extrema derecha calienta el ambiente y llama a la violencia en las redes».

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