Los Mossos d’Esquadra detuvieron en febrero a dos soldados profesionales de la base militar de Sant Climent Sescebes (Alt Empordà) por apalear a un magrebí en Figueres. Aunque los Mossos d’Esquadra no relacionan en su versión oficial a los detenidos con ningún grupo organizado de la extrema derecha, diversas fuentes policiales aseguraron que los soldados tenían afinidad con un grupo neonazi que se autodenomina en alemán Unser Kampf (Nuestra lucha), que aludiría al libro doctrinario de Adolf Hitler: Mein Kampf (Mi lucha).
Según adelantó ayer la Cadena SER, los Mossos d’Esquadra atribuyen a este grupo de soldados varios episodios de amenazas y agresiones a indigentes e inmigrantes de Salt, Figueres y Girona.
La información sobre la detención de los dos soldados, que están en libertad a la espera de juicio, provocó versiones contradictorias entre los Mossos d’Esquadra y el Ejército. Mientras la policía autonómica reconocía en un comunicado la detención de los dos soldados, desde la comandancia militar de la base Álvarez de Castro de Sant Climent Sescebes enviaron un comunicado en el que se afirmaba: “Después de hacer las comprobaciones oportunas ningún militar en activo destinado a la base ha sido detenido recientemente, ni en fechas anteriores”.

OTRO SOSPECHOSO
Un tercer soldado, que no tenía nada que ver con los dos primeros, y que había dejado el Ejército unas semanas antes de que los mossos le identificaran, según ellos, en un control ordinario, tenía en su casa la carcasa de un lanzagranadas de un solo uso.
Este exmilitar, que según la policía autonómica no fue detenido, reconoció que se había guardado el cañón como recuerdo de su anterior etapa en el Ejército. Otras fuentes aseguraron que su expulsión de la institución se produjo a consecuencia de diferentes agresiones xenófobas presuntamente realizadas por el sospechoso.