Inmigración. La Policía de Barajas mantiene retenida durante tres días a una inmigrante embarazada y, cumplido el plazo, la devuelve a Paraguay
72 horas en Barajas por haber sido ilegal
El Mundo, 29-04-2006De vuelta a casa. Doce horas de avión hasta Santiago de Chile, transbordo y tres más hasta llegar a Paraguay. Y todo esto sólo tres días después de llegar a España, embarazada de cinco meses y sin haber salido de Barajas.
Gloria F. llegó a España en octubre de 2004. Una vez aquí conoció a Francisco Galán (Fran), su actual pareja, y permaneció año y medio de manera ilegal, sin ser descubierta por la Policía.En enero de este año, decidió volver a Paraguay por unos meses para ver a sus tres hijos y al resto de su familia.
A su vuelta, el 25 de abril, la Policía de fronteras la retuvo en el aeropuerto de Barajas, a pesar de que ella traía consigo dinero suficiente, un pasaporte nuevo y una carta de invitación, compulsada por un notario, en la que se explicaba que venía para tres meses y que su novio se hacía cargo de ella.
«En Barajas parecía una pelota, todo el mundo me mandaba de un lado para otro», comenta Fran. Entre papeleos y comprobación de documentos, Gloria F. estuvo retenida durante tres días debido a que en su anterior periodo en España permaneció año y medio sin papeles. Sin embargo, la abogada de Gloria, Susana Soler, afirma que si no fue descubierta en su momento ya no pueden retenerla.Gloria estuvo retenida, que no detenida, puesto que para esto último es necesario delinquir.
Tres días en los que Fran ni siquiera pudo verla. A pesar de pasar los días enteros en el aeropuerto esperando soluciones, todas su comunicaciones con ella se hacían a través del teléfono.Fran cuenta que Gloria le pidió a un guardia que le dejara ver al «padre de su hijo». La contestación fue, según Fran: «¿De quién? ¿Del mamón que llevas ahí dentro?».
Las leyes indican que ninguna persona puede estar inmovilizada durante más de 72 horas. Sin embargo, aunque el plazo de Gloria se cumplía ayer a las 8.15 horas, no fue hasta el mediodía cuando cogió el avión de vuelta a Paraguay. Para esto fue necesario que la Policía pidiera una resolución judicial que le permitiera tenerla retenida más tiempo del debido. «Una resolución ilegal que, pese a esto, sólo se puede recurrir», sostiene la letrada.«La pidieron el 27 por la tarde porque sabían que íbamos a ir a recogerla el 28 por la mañana. El policía sabía que el auto no valía, pero también sabía que yo no podía hacer nada», menciona.
Con esto, fue Gloria la que decidió firmar voluntariamente para poder viajar de vuelta. «Si no hubiera firmado podría estar ahí encerrada un mes o dos más, pero está embarazada y me decía que ya no podía aguantar más. Le aconsejé que firmara y que ya encontraríamos la forma de volver a traerla de vuelta», expone su novio.
Durante el primer día en Barajas, Gloria se quejó de unos dolores, por lo que tuvieron que llevarla al Hospital de La Paz. Una vez allí, según cuenta Fran, el policía que la acompañaba entró en la consulta antes que ella y pudo escuchar que le dijo al médico: «Está fingiendo para no volver a su país, haz como que la atiendes, pero no la atiendas». El diagnóstico del doctor fue «reposo pero con posibilidad de viajar».
Y viajó. «Se nos ha escapado por muy poco. Ayer mismo pensábamos que la íbamos a poder sacar», comenta la abogada. Durante su estancia en Paraguay, Gloria fue al médico y le firmó un parte en el que indicaba que había tenido una hemorragia y un amago de aborto. «El documento no llegó a tiempo».
Por el momento, Fran no sabe qué va a hacer. Pero lo que sí tiene claro es que recurrirá ante el juez aunque le lleve meses y que quiere ver nacer a su hijo. «Espero que me den ese capricho».
Condiciones «deprimentes»
Durante los días que Gloria permaneció retenida en el aeropuerto de Madrid – Barajas coincidió con una treintena de personas que corrieron su misma suerte.
Una de estas personas es P. R. Esta chica, al igual que Gloria, asegura que el trato que reciben los retenidos es bastante «deprimente».«Nos trataban como animales, como si fuésemos delincuentes», indica P. R. «Se reían de nosotros, se burlaban, nos traían la comida fría y aplaudían mientras comíamos para que nos diésemos prisa». Gloria incluso se quejaba de falta de alimentos. «No empezaron a alimentarla correctamente hasta que no vieron que yo me estaba moviendo», afirma Fran. «Se aprovechan de que cuando los inmigrantes llegan a España no conocen las leyes. Alguien que no pueda pagarse un abogado tiene todas las de perder».
P. R., que fue retenida por «insuficiencia económica», denuncia, además, que durante su declaración le intentaron cambiar algunas notas. «Les expliqué que venía a ver a mi novio, que está aquí estudiando, y que era él quien tenía dinero. Cuando la embajada medió por mí y me soltaron dijeron que yo no les había dicho lo de mi novio».
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