Fomentar la integración en un distrito donde un 38% de la población pertenece a minorías étnicas y en el que se habla un mosaico de 157 lenguas diferentes es todo un desafío. En el distrito de Lambeth – el mayor de los 32 en que está dividida Londres – Scotland Yard lo sabe muy bien. Y por eso lleva décadas trabajando para mejorar los lazos entre comunidades y la colaboración entre éstas y las autoridades locales.

Los atentados del 7 de Julio – días después en Lambeth fue colocada una de las bombas que no explotó – y el tiroteo en el que un policía mató al joven brasileño Jean Charles de Menezes en el distrito han amenazado con hacer explotar esa armonía.

El comisario jefe de Scotland Yard en esta área, Martin Bridger, reconoce las dificultades de la policía para ganarse la confianza de la gente, pero asegura haberse ganado a la mayoría de la población.Junto a él, el líder de la comunidad islámica de Lambeth, Taha Kureishi, y la dirigente de la comunidad latina, Gloria Gómez, destacan que la unidad es el valor más importante en un distrito tan conflictivo y con tanta diversidad cultural. Así lo comentaban ayer durante un encuentro organizado por la embajada británica en Madrid.

Desde su púlpito en la mezquita, Kureishi intenta difundir un ejemplo de tolerancia, pero también «identificar a las personas que pueden cometer atentados». Reconoce que le ha ocurrido en más de una ocasión, pero que siempre ha podido «detectar a los extremistas que pueden utilizar a nuestros jóvenes para provocar graves incidentes». «El reto es ver qué ocurre para que de repente un británico de origen musulmán se vuelva contra nosotros y se convierta en un terrorista suicida», dice Bridger. Kureishi afirma que desde los atentados del 11 – S y especialmente después del 7 – J en Londres, «se han producido muchas tensiones». Sin embargo, la colaboración con la policía ha «evitado cualquier reacción violenta».