La Agencia Federal de Empleo (BA) ofreció ayer un balance positivo de la integración de refugiados en el mercado laboral alemán, que supera incluso las previsiones de sus responsables. Más de 300.000 personas procedentes de los principales ocho países de origen – Siria, Irak, Afganistán, Irán, Pakistán, Somalia, Eritrea y Nigeria – para la concesión de asilo han encontrado trabajo en Alemania, 88.000 más que el año anterior, subrayó el presidente de la citada agencia, Detlef Scheele, al presentar sus datos anuales. La gran mayoría de ellos, unos 238.000, paga impuestos y cotizan incluso a las cajas sociales, señaló Scheele.

«Son cifras que pueden considerarse buenas teniendo en cuenta que se trata de gente que ha venido por motivos humanitarios y no para encontrar un trabajo», dijo el jefe de la BA. El máximo responsable de la oficina pública comentó que sobre todo los jóvenes han alcanzado un buen nivel de integración y detalló que 28.000 han comenzado una formación profesional dual, gran parte de ellos en pequeñas y medianas empresas que cuentan con dificultades para encontrar personal con el que cubrir sus necesidades de futuro.

Una de cada tres empresas alemanas no consigue cubrir sus plazas de aprendices y una de cada diez no recibe ni una sola solicitud, anunció recientemente la Cámara Alemana de Industria y Comercio (DIHK). «Siempre hemos dicho que aquellos que llegan como refugiados de niños o adolescentes son los que mejores perspectivas tienen en el mercado laboral», subrayó Detlef Scheele. Desde octubre de 2017, unos 35.000 jóvenes refugiados han solicitado una plaza de aprendiz. Igualmente comentó que el factor decisivo para que los refugiados se integren con éxito en el mercado laboral germano es el aprendizaje del idioma y exigió que se amplíen y prorroguen los cursos de alemán con subvención estatal. Scheele calificó de ilusorio pensar que el alemán que se aprende en poco más de un año es suficiente para conseguir aprobar en una escuela de FP.