El control de los imanes, una asignatura pendiente

El atentado desató la alarma sobre la aptitud de los oradores en las mezquitas y, aunque se han tomado medidas, aún hay pocos cualificadosLa Comunitat Valenciana cuenta en la actualidad con casi 150 centros de culto musulmanes

Las Provincias, LUCÍA JULIÁ, 20-08-2018

La Comunitat continúa con pocos imanes cualificados. Apenas un mes después de los atentados de Barcelona y Cambrils, el Gobierno se puso en marcha para apaciguar la alarma desatada en la población. Por una parte, el Ministerio de Interior reforzó los grupos antiterroristas para aumentar la vigilancia en grandes eventos. Las Fallas, el Maratón de Valencia, o el festival Rototom en Benicàssim (uno de los escenarios que la célula de Ripoll había pensado atacar) han fortalecieron la seguridad en este último año. Por otra parte, la protección estática también se ha incrementado en la capital levantina. El Ayuntamiento de Valencia realizó un gran despliegue de bolardos y maceteros en zonas de nutrida presencia peatonal: vías concurridas, lugares turísticos, centros comerciales…

Sin embargo, a pesar de todas estas medidas, a la Comunitat aún le queda una tarea pendiente: el control de los imanes en los centros de culto. Así lo confirma el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas en la Comunidad Valenciana, Ihab Fahmy, quien tras el ataque argumentó que sería positivo la creación de un cuerpo estatal que los seleccionase para mejorar la seguridad. Pues, en el caso del imán de Ripoll, nadie advirtió los mensajes radicales que divulgaba desde su púlpito de la mezquita de la localidad gerundense. De esta forma y en tiempo récord consiguió convencerles de que debían perpetrar un atentado de envergadura.

Aunque es cierto que a raíz de los acontecimientos el Ministerio de Justicia decidió crear un registro de los ministros de cultos en España, actualmente Fahmy reconoce que sólo «30 imanes están en proceso de registro», cuando en España hay más de 1500 centros de culto musulmán. «Estamos trabajando en ello, pero es un proceso largo y no todos quieren inscribirse», confiesa el también miembro de la Comisión Islámica de España. En este sentido, Fahmy resalta la diferencia entre los imanes profesionales y los voluntarios. Los primeros son aquellos con estudios en teología que se dedican exclusivamente a la profesión de líder religioso. Ellos suelen estar becados durante un período de tiempo y luego regresan a su país. Por ello, no consideran necesario registrarse. En cuanto a los últimos, normalmente compaginan sus sermones del viernes con otras profesiones, por lo que tampoco quieren anotarse en la lista. «Estamos convencidos de que su control es por el interés común, por eso intentamos convencerles», insiste.

Por otro lado, también destaca que los oradores cualificados son muy pocos en los casi 150 centros de culto de la Comunidad Valenciana. Una visión que comparte con Abdul Rahim Yaghmour, imán de la mezquita del puerto de Valencia. A juicio de Fahmy, la situación es idéntica a la de hace un año porque el problema continúa siendo el mismo: el dinero. «Para tener un imán cualificado hay que pagarle un buen salario», afirma. «La mayoría de comunidades no tienen recursos suficientes para hacer frente a este gasto, teniendo en cuenta que también deben hacer frente al alquiler del local y los gastos en electricidad» y, como consecuencia, en las mezquitas guían el rezo voluntarios sin nivel de especialización.

Por muchas nuevas medidas, el blanco de la actividad antiterrorista es la lucha contra la desinformación. «La gente que comete actos criminales tiene un inmenso grado de ignorancia de su propia religión», sentencia Fahmy, y añade: «tener una buena educación debe ser la base porque la religión no es una forma de aislare de la sociedad».

Según Fahmy, los discursos radicales no están tanto en las mezquitas como en internet. En este aspecto, hace hincapié en la importancia de las jornadas formativas que realizan para los imanes voluntarios. Allí les explican y aclaran dudas para evitar que hagan interpretaciones erróneas.

Asimismo, asegura que vigilan continuamente la actividad de los líderes religiosos. «Cualquier sermón que incita al odio lo rechazamos. Le decimos al imán que no es adecuado y hablamos con quienes lo han escuchado para informarles bien», confirma Fahmy. Para él, el atentado de Barcelona demostró que la Comunitat tiene un «alto conocimiento de nuestra religión» y saben distinguir entre «musulmán y criminal». Además, reconoce que la Generalitat ha trabajado en muchos campos «para eliminar los signos de desigualdad y así frenar la xenofobia».

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