El vandalismo que no cesa

ABC, 28-04-2006


TEXTO: ANNA CABEZA

BARCELONA. El dulce paso a la final de Champions del Barcelona tuvo un amargo festejo en Canaletas. La celebración de la afición azulgrana en la mágica fuente se saldó con ocho detenidos y desperfectos en el mobiliario urbano y, aunque no se registraron heridos, entre los 6.000 culés que se congregaron en las Ramblas se mezclaron los habituales vándalos que aprovechan los actos de este tipo para armarla.

Empieza a ser tradición: la de anteayer fue otra de las citas con el destrozo y la violencia a las que parece acostumbrarse Barcelona. La celebración blaugrana acabó como las últimas fiestas de Gràcia y de Sants o, aunque en menor medida, el nefasto «macrobotellón», convocatorias que empezaron con aire festivo y terminaron a tortas.

Cinco detenidos por ataques racistas

En las Ramblas, la alegría y los cánticos de la mayoría se vieron ensombrecidos por las constantes peleas y, al final, el enfrentamiento directo con los Mossos d´Esquadra. La policía autonómica efectuó ocho detenciones – ninguno de los afectados tenía antecedentes policiales – , cinco de los cuales por agredir a personas de raza negra y magrebíes.

Los detenidos por ataques xenófobos – Alfons T.R., de 30 años; Ignacio O.P., de 24; Ricardo V.G., de 32; Juan X.C., de 24; y Miguel G.V., de 20 años – , todos ellos vecinos de Barcelona, consiguieron con cánticos racistas que un grupo de entre 20 y 25 personas se sumase a su particular forma de celebrar la victoria del Barça. Pese a que se desconoce, no se descarta la posibilidad de que alguno de los acusados por ataques racistas esté vinculado al sector más radical de la afición «blaugrana», según los Mossos d´Esquadra.

Por otro lado, los agentes detuvieron a Iván M.D., de 27 años y vecino de Barcelona, por desórdenes y rotura de un semáforo en la calle Bonsuccés, y a Héctor R.P., de 20 años y de Roses (Girona), que causó daños a otro semáforo. Marc M.F., de 20 años, también fue detenido por arrojar objetos contundentes contra un furgón policial, intentar huir de los agentes y resistirse a la detención.

Entre gritos y saltos, hubo más de uno que acabó con moratones. Además, en medio del jaleo se observaron numerosas riñas y duras agresiones entre grupos de culés, que estaban motivadas, en gran parte, por las copas de más. Por otro lado, algunos coches que estaban aparcados en la zona céntrica de Barcelona acabaron con los cristales rotos y un grupo de jóvenes tiró la cámara «vídeo matón» que BTV tenía instalada en el paseo.

Aparte de los incidentes, la masa culé disfrutó de una agradable noche en las Ramblas. Los cánticos en referencia a la final de París y al eterno rival, el Real Madrid, comenzaron ya poco antes de terminar el partido y se prolongaron hasta bien entrada la madrugada. La fiesta estuvo amenizada por una decena de balones que, a lo Víctor Valdés, se pasaban los culés de punta a punta de las Ramblas. Las bengalas y los petardos tomaron la calle, algo que ocurrió en toda la ciudad.

Por su lado, la Guardia Urbana cortó los accesos a Canaletas, tanto desde Pelayo como por la parte baja de las Ramblas, por una vez peatonales del todo. Barcelona, sin embargo, aguantó hasta altas horas de la madrugada los festejos de los conductores, que a ritmo de claxon interrumpieron el sueño de muchos.

Las Ramblas recuperaron el orden y la normalidad sobre las tres de la madrugada: los culés, precabidos ante la resaca festiva en un día laborable, abandonaron el centro y los servicios de limpieza dejaron reluciente Canaletas y su entorno al poco rato. Como si no hubiese pasado nada.

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