TRIBUNALES
Los imputados por el crimen de Berga admiten que buscaban pelea
El Periodico, 27-04-2006Varios de los ocho menores imputados por la muerte de Josep María Isanta en la Patum de Berga, el 28 de mayo del 2005, reconocieron ayer, en la primera jornada del juicio por este crimen, que buscaban pelea cuando acudieron al lugar donde se produjeron los hechos. Sin embargo, alegaron que los incidentes se originaron después de que uno de ellos, de raza negra, recibiese un insulto racista y reaccionase a puñetazos, argumento que provocó indignación entre los amigos de la víctima que siguieron desde la calle el juicio, que se celebra a puerta cerrada.
En general, los acusados ayer en el juzgado de menores número uno de Barcelona coincidieron en desviar la culpa hacia los nueve mayores de edad imputados, que aún no han sido juzgados y de los cuales siete declararán hoy. El menor David C. A. identificó a uno de éstos, Pablo Enrique M. V., como portador de dos navajas. Según su abogado, el menor vio como éste apuñalaba a otro joven, pero no recuerda si se trataba de Josep Maria Isanta o de algún otro lesionado en la pelea.
LAS ACUSACIONES
Cinco de los juzgados ayer, los mayores de 16 años, se enfrentan a una pena máxima de ocho años de internamiento y cinco de libertad vigilada por un presunto delito de asesinato, según la calificación de los hechos de la acusación particular. La fiscalía solicita una pena de siete años. Para los otros tres, de entre 14 y 16 años, la acusación particular solicita cuatro años de internamiento, y tres la fiscalía.
Una treintena de jóvenes de Berga colgaron colgaron pancartas a las puertas del juzgado, con lemas como “los familiares mostramos nuestro rechazo a la violencia gratuita”.
LA CONVIVENCIA
Tras los hechos de hace un año, el tradicional mal clima entre colectivos de jóvenes de Berga con la policía se agudizó. Los Mossos fueron acusados de no haber sabido evitar la tragedia y de haber hecho la vista gorda ante agresiones y tráfico de drogas.
Once meses después, la situación ha cambiado radicalmente, gracias a unas mesas de diálogo entre la policía y la plataforma ciudadana a favor de la convivencia. La disminución de la tensión con los jóvenes y el aumento de la seguridad ciudadana, con una visible campaña antidroga, han hecho desaparecer los gritos contra los Mossos. Pero las relaciones con el ayuntamiento continúan tensas. La plataforma le acusa de no haber dado más apoyo a los afectados.
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