Investigan el pasado de la joven en relación al secuestro exprés de Barcelona
La Razón, 26-04-2006Barcelona – La Guardia Civil investiga el antiguo círculo social de la
joven colombiana Johanna Andrea R. P., de 25 años de edad, y compañera
sentimental del empresario Fernando G. A., de 53, para dar con los autores
del secuestro de Matadepera, el pasado lunes. Así lo explicaron ayer a
este diario fuentes de la investigación, que confirmaron que la actual
desahogada situación económica de la joven habría llegado a oídas «de las
personas que conformaban su vida anterior, más precaria», y relativa a
tiempos en que Johanna Andrea fue detenida por un delito relacionado con
drogas, del que finalmente quedó absuelta.
Este hecho justifica
que, después de que se resolviera el secuestro, Johanna Andrea declarase
- siempre en calidad de testigo – durante siete horas ante la Guardia Civil.
«Si te han secuestrado y luego liberado, desde luego no tardas hasta siete
horas en explicar lo que ha pasado», argumentaron dichas fuentes,
añadiendo que el interrogatorio a la joven «fue un constante bombardeo»
destinado en gran parte a conocer las personas con las que ella se
relacionó hace unos años. En todo caso, la joven no está implicada en la
organización del secuestro.
«Se comunicaban con susurros».
Cuando los secuestradores llegaron a la casa del acaudalado empresario,
que trabaja en la fabricación de carcasas de máquinas tragaperras para la
firma Cirsa – aunque su empresa es Industria del Mueble 4G – , «se
comunicaban entre ellos con susurros, y siempre apartados de sus víctimas,
para que no pudieran escuchar nada de lo que decían». Pero éstas sí
declararon que sus captores tenían acento latinoamericano, lo que levantó
las sospechas.
Con entre tres y cinco tarjetas de crédito – una de la
cuenta de la empresa, y el resto personales, incluida una de la chica – , se
apoderaron de apenas unos 3.000 euros, divididos en cantidades de 500 y
600, cuando hicieron ruta por varios cajeros con la mujer y su hijo en el
maletero de un Mercedes. Pero «las imágenes no han quedado bien captadas»,
según fuentes de la investigación.
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