INMIGRACIÓN, UNA CUESTIÓN EUROPEA

Las ayudas anunciadas ayer por la UE son insuficientes para abordar un problema como el migratorio, que no es solo de España

El Correo, EL CORREO, 02-08-2018

La Comisión Europea ha dado una respuesta positiva, pero insuficiente a la petición de ayuda del Gobierno español a Bruselas para gestionar la creciente presión migratoria en el Mediterráneo Occidental. El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, aseguró ayer que el Ejecutivo comunitario mantiene todos sus compromisos de apoyo a España y Marruecos en esta materia, pero también precisó que los fondos son limitados. La ayuda, que ratifica un acuerdo adoptado en julio por Bruselas, hace referencia a un programa financiado con 55 millones, y destinado a «equipar a Marruecos y Túnez con el material y conocimientos técnicos apropiados» con el fin de aumentar el control fronterizo en ambos países. Sobre la petición española de «ayuda de emergencia» destinada a la Guardia Civil en el marco del Fondo de Asilo, Juncker señaló que «está siendo evaluada con carácter prioritario». El interés de Bruselas queda claro, y el propio ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha puesto en valor esa reacción atenta de la Comisión Europea, si bien el ministro no ha ocultado la insuficiencia de medios para paliar una urgencia que necesitaría más recursos. Está claro que el problema no consiste en la llegada ocasional y esporádica de oleadas migratorias que haya que atender. Vivimos un desequilibrio demográfico estructural y continuo de gran envergadura provocado por la diferencia de renta entre una África cada vez más poblada y empobrecida y una Europa desarrollada que ha superado la crisis económica. Es una obviedad afirmar que en tanto se mantenga este pronunciado desequilibrio, la presión sobre las fronteras españolas, que son las europeas la mayor parte de inmigrantes que ingresan legal o ilegalmente en Europa por el Mediterráneo termina en países del centro y del norte del continente, persistirá. Y ello no se resuelve con 55 millones de euros sino con un gran plan de cooperación al desarrollo que saque a África del subdesarrollo y la miseria. Al ofrecer su respaldo a España, Bruselas ha recordado que «los recursos son limitados». No deben serlo tanto cuando ha sido posible ‘ayudar’ a Turquía con 3.000 millones de euros para que frenase las riadas humanas que huían de la guerra de Siria. El problema migratorio, un asunto europeo, serio y acuciante, debería ser abordado con los recursos necesarios.

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