La presión racista ha hecho que Norman, un joven colombiano de 15 años que vivía hace 16 meses en Castellar del Vallès con su madre, regresara el pasado domingo a su país de origen. El chico, que deberá volver a España para un juicio, no pudo soportar más las amenazas, agresiones e insultos que presuntamente sufría en el instituto IES de Castellar y en las calles de la población por jóvenes vinculados a un grupo neonazi.
Desde mayo de 2005, Norman había presentado diversas denuncias ante la Guardia Civil y la policía local. El pasado marzo sufrió un nuevo ataque del que, tras ser amenazado con arma blanca, se defendió con una navaja. Eso hizo que acabara internado un mes en un centro de la Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (DGAIA), lo que la plataforma ciudadana Castellar contra el Fascismo calificó de “la peor solución posible para su protección”.
La entidad lamentó ayer que “el ayuntamiento haya sido incapaz de garantizar la seguridad” de este joven y convocó anoche una concentración de protesta coincidiendo con el pleno municipal. La alcaldesa, Montserrat Gatell (CiU), calificó el caso como acoso escolar aunque admitió que que existen “connotaciones racistas”.