PRISMA
Secuestros 'express'
El Mundo, 26-04-2006Hace años que se producen pero casi nadie los denuncia. Han ocurrido en Madrid, Valencia y Barcelona. Hasta ahora con nocturnidad, alevosía y en silencio entraban en nuestros hogares mientras dormíamos y se llevaban el coche, dinero, joyas y hasta el móvil de la mesilla de noche. Al jefe de la Policía Local de Sant Andreu de la Barca le entraron de esta forma en su casa y no se amilanaron los ladrones al ver su uniforme de inspector de policía colgado frente a su cama. Mientras él y su esposa dormían plácidamente le robaron sus dos pistolas reglamentarias. En España cada seis minutos se roba en un piso de esta forma.
Sólo en el año 2005 en la Costa del Sol se asaltaron 600 chalets.Actúan en grupos de cuatro o cinco personas y nunca fuerzan cerraduras, aprovechan nuestros descuidos. A menudo los que entran en casa son menores de edad de origen rumano, más pequeños y fáciles de subir a una ventana, sus progenitores les esperan fuera. Otra banda, la de los albano – kosovares se especializó en naves industriales o cajas fuertes de ayuntamientos. Son los más violentos.
Entre enero y febrero de este año cometieron una ola de robos en ayuntamientos de la Sierra de Madrid. En dos meses, 28 atracos. Entraban de madrugada con el objetivo de llevarse los ordenadores centrales del municipio donde se archiva toda la información municipal. De esta forma, consiguen tener el padrón municipal, las direcciones y los teléfonos de los vecinos, saben los impuestos que pagan, las propiedades que tienen, .lo saben todo.
Venden luego estos datos a otras bandas organizadas que son las que cometen los delitos. Existe una colaboración intensa entre grupos criminales albano – kosovares, rumanos y sudamericanos.
El secuestro express de Matadepera, no ha sido el primero que han cometido bandas criminales de Perú y Ecuador en Cataluña.Antes lo hicieron en Barcelona ciudad, en Calella o en Sant Pere de Ribas.
La mayoría de estos secuestros por horas para conseguir dinero fácil no se han denunciado. Primero, por la sensación de vulnerabilidad y miedo que sufren las víctimas viviendo en el mismo lugar donde se ha producido el allanamiento y también, porque algunas familias robadas tenían en el interior de sus cajas fuertes grandes cantidades de dinero en efectivo de difícil justificación, dinero negro que al denunciar su sustracción se ven obligados a dar a conocer su procedencia.
Sucede a menudo que alguien de la propia casa provoca una filtración de datos al exterior acerca de sus posesiones, nivel de vida, coches de gran cilindrada, joyas o antigüedades que se encuentran en su interior. Contra este tipo de secuestros no valen las alarmas, tan sólo la vigilancia humana y personal 24 horas.
Decía un criminólogo amigo que en un reciente viaje a Rumanía preguntó en su hotel si podía salir de noche tranquilo sin preocuparse por su seguridad y el recepcionista le dijo: «vaya sin miedo por donde quiera que los rumanos delincuentes no están aquí, se fueron todos a España».
En la era de la globalización también el delito no tiene fronteras.
El efecto llamada lo produce una legislación permisiva con el delincuente que protege más sus derechos que los de las víctimas. Detenciones como las recientes en la Operación Malaya no ayudan a evitar estos secuestros, los criminales descubren que en España muchos tienen verdaderas fortunas en billetes de 500 euros en la caja fuerte de su propia casa.
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