Las personas inmigrantes que lleguen a Gipuzkoa en su ruta hacia Europa serán atendidas en un centro que se habilitará en el barrio donostiarra de Amara, con capacidad para 25 personas y espacio suficiente para ampliar camas, en función del flujo de llegadas. Así lo confirmó ayer la diputada de Políticas Sociales, Maite Peña, que insistió en los esfuerzos que están haciendo las instituciones «para dar respuesta a esta nueva realidad». La llegada récord de personas inmigrantes a las costas andaluzas, y la conexión directa con Euskadi en su ruta migratoria, ha obligado a tomar decisiones de urgencia ante la falta de recursos específicos hasta ahora para este colectivo. Una de ellas fue alojar a estos migrantes en un centro provisional de Cruz Roja en la capital guipuzcoana, a la espera de poder cerrar un local con carácter más definitivo.
Aunque todavía no hay fecha concreta de apertura, la Diputación ya ha acordado con la Tesorería General de la Seguridad Social la cesión de un espacio en la calle Pescadores de Gran Sol del barrio de Amara, unas antiguas oficinas de la entidad dependiente del Ministerio de Trabajo que se encuentran sin uso, pero que disponen de una superficie adecuada para responder a las necesidades. En principio, se habilitarán 25 plazas, que se podrán ampliar si se detecta una mayor demanda, pero sin cambiar de ubicación, «con flexibilidad para acoger a más gente de manera digna», reflejó la diputada.

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Las instituciones han tenido que reaccionar tras quedar al descubierto la falta de coordinación, en parte fruto de una situación en Andalucía «muy complicada, donde se trabaja con muchísima presión» y que derivó en situaciones como la llegada a Donostia el pasado 18 de junio de 46 subsaharianos a la estación de autobuses, abandonados durante horas sin que las instituciones ni Cruz Roja hubieran sido avisadas. Al día siguiente se supo que la organización de Euskadi no había dado el aviso a tiempo a sus compañeros de Gipuzkoa, un desajuste interno unido al hecho de que el autobús llegó con adelanto. Desde esa señal de alarma, y con llegadas continuas, se ha «protocolarizado» la atención, remarcó la diputada. «Tenemos una coordinación estable tanto con el Gobierno Vasco, como a nivel territorial entre los ayuntamientos de Irun otro de los puntos de tránsito, San Sebastián y Cruz Roja», enfatizó la responsable.
Por su ubicación geográfica, el territorio se ha convertido en punto clave de las rutas migratorias, tanto de los llamados menas (los menores extranjeros no acompañados) como para los adultos, principalmente venidos del área subsahariana. Desde aquel 18 de junio han llegado 168 personas a Gipuzkoa, de las que 76 han pasado alguna noche en los recursos, incluidas las 15 que se derivaron desde Bilbao el lunes. Tres de ellas han pedido asilo