Bush rechaza la deportación masiva de irregulares

Los doce millones de inmigrantes clandestinos representan el 5% de la

La Razón, 25-04-2006

Nueva York – George W. Bush hizo un llamamiento a los miembros del Congreso
sobre la reforma de inmigración tras el receso de dos semanas de las dos
cámaras. «La deportación masiva de la gente de aquí no va a salir.
Simplemente, no va a funcionar», matizó el presidente norteamericano.
Estaba en un escenario propicio, el Consejo de Negocios del Condado de
Orange, en el Estado de California, considerado el motor de la economía de
EE UU y uno de los que acoge a más inmigrantes.
   Era su toque de
atención al Senado después de que hace semanas se anunciase un acuerdo
para aligerar la dura reforma migratoria, que proponía convertir en crimen
permanecer y trabajar de forma ilegal en el país, que nunca llegó a
rubricarse por los desacuerdos entre republicanos y demócratas. Pero las
presiones de Bush no se quedarán en discursos simplemente, en su agenda se
escriben en letras mayúsculas diferentes reuniones con senadores para
encontrar una vía que regularice a doce millones de inmigrantes.
   Los economistas y expertos ya se lo han dicho a Bush. El país los
necesita. Representan casi el cinco por ciento de la clase trabajadora.
Hacen lo que los estadounidenses no quieren y, además, están dispuestos a
apostar el todo por el todo. Han llamado a un boicot nacional el 1 de
mayo, un día sin inmigrantes. No trabajar, no comprar, no vender, no
gastar. Pero, senadores y congresistas apuran sus propuestas de cara a las
elecciones de noviembre en un país donde las últimas encuestas revelan que
los estadounidenses no quieren este tipo de inmigración.
   Bush
habló de su nación como «de ley y compasión», mientras que tuvo palabras
condescendientes para los inmigrantes que cruzan su país de forma
clandestina. «Estamos hablando de seres humanos decentes», recordó, que
cruzan de forma clandestina para conseguir un salario digno. El objetivo
de la Casa Blanca es que el Senado apruebe una reforma que atienda las
necesidades de los millones de inmigrantes que viven y trabajan en EE UU
de manera irregular y alcanzar un acuerdo con la Cámara de Representantes
que el pasado diciembre aprobó criminalizar ayudar a un inmigrante en
situación ilegal y darle trabajo, además de levantar una alambrada en la
frontera con México.
   Durante su visita al Estado de California,
Bush reconoció que ha cometido algunos errores, pero que enviar a su
Ejército a Iraq fue lo correcto. «Sobre las grandes decisiones de mandar
las tropas, lo haría de nuevo», admitió. Bush apuntó del Gobierno de
coalición en Iraq que «queremos una unidad nacional. Estamos cansados de
la violencia. Creemos que si estáis con nosotros, podemos cumplir nuestro
objetivo de hacer una democracia».

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