El pasado fin de semana fue uno de los más intensos de los últimos tiempos en aguas del Estrecho y del mar de Alborán. Más de mil personas procedentes de África fueron rescatadas cuando navegaban en pateras para llegar a Europa. Otras, nadie sabe cuántas, alcanzaron las costas andaluzas. Hasta hace poco en Euskadi estas cosas sonaban lejanas. Pero desde finales del pasado mes de junio la crisis migratoria se recrudeció y ya nadie es ajeno a ella. Las administraciones vascas, junto con la Cruz Roja, tuvieron que articular mecanismos para atender a las cientos de personas que llegan hasta aquí. Mayoritariamente, en tránsito hacia otros destinos de Europa.

Bilbao es la plaza vasca a la que llega la mayoría de los migrantes en un goteo constante que el pasado fin de semana ganó en intensidad debido a lo ocurrido en Andalucía. De hecho, arribaron a la capital vizcaína más de un centenar de personas. Dado que el albergue que gestiona Cruz Roja tiene 88 plazas, con un nivel de ocupación variable según las fechas, la ONG se vio obligada, por primera vez, a derivar a 43 migrantes a los equipamientos de Vitoria y San Sebastián. En concreto, 23 se trasladaron a la capital alavesa y veinte a la guipuzcoana, según fuentes de la organización que presta ayuda humanitaria a quienes llegan en estas circunstancias. Con todo, los mismos medios aseguran que la situación no está descontrolada y que, sobre todo en Álava, hay recursos para hacer frente a episodios de esta naturaleza. En Vitoria, de hecho, la organización apuntó que está en disposición de montar un albergue para un centenar de personas en apenas unas horas en caso de resultar necesario.

Sin embargo, también es cierto que hay bastante confusión con respecto a la dimensión del fenómeno. De hecho, en las últimas semanas se han venido facilitando datos que luego resultaron ser poco precisos o directamente erróneos. Según las últimas cifras de Cruz Roja, facilitadas a este periódico, desde finales de junio hasta ayer se estima que habían llegado a Euskadi (la mayoría a Bilbao) un total de 1.056 migrantes. De ellos fueron atendidos por la organización 779, en una asistencia que va desde ofrecer cobijo hasta facilitar gestiones de todo tipo.

Rehacer su vida
Hay otra derivada. Aunque la mayoría de los migrantes optan por seguir camino hacia el norte, también los hay que deciden quedarse, de momento, en Bilbao. ¿Cuántos? Nadie lo sabe. Pero ya hay decenas que, tras consumir el máximo de tres noches en el albergue de Cruz Roja, pernoctan en distintos lugares de la ciudad. Entre ellos, el más de medio centenar que lleva casi dos semanas en las canchas deportivas del barrio de Atxuri, donde reciben la ayuda de los vecinos del barrio. «La mayoría quiere hacer su vida aquí; ya hay varios recibiendo clases de español», explican fuentes del colectivo vecinal.