Tiene ese natural simpático mezclado con una enorme normalidad que invita a escucharlo sin que se entrometan los prejuicios televisivos. Igual por eso, después de cuatro años de trabajo, ha conseguido dinero para pasarse cinco semanas rodando en Suiza y hacer una película sobre la emigración española en los 60.Él habla de una mirada nueva sobre un pasado que es el suyo, el de sus padres, memoria heredada que escribió en un guión de película, Un franco, 14 pesetas, que también ha dirigido y protagoniza.

Pregunta. – ¿Necesitaba ahorrar sueldos?

Respuesta. – Mejor no hablar de sueldos porque hasta el mío está metido en la película. Obviemos el tema económico, jajaja.

P. – ¿Sueña ya con solomillos?

R. – Sueño con que esto me dé al final por lo menos el sueldo y las energías invertidos durante tanto tiempo. ¡Llevo cuatro años a dieta!

P. – ¿Y a qué debe su afán de protagonismo en la aventura?

R. – No es eso, cuando has tenido un papel protagonista en una serie con 130 capítulos en televisión, el protagonismo ya está servido, y terminas hasta saturado.

P. – Oiga, y cuando actúa mal ¿cómo se regaña a sí mismo siendo el director?

R. – Me regañan mis compañeros. Me llevé a una buena cantidad de tremendos amigos que en cuanto hacía algo mal me lo repetían todo el día. Algunos salvaron así secuencias enteras.

P. – ¡¿Es capaz de dar la razón a otros?!

R. – Sí, si me la hacen ver, si me convencen. Aunque no soy de castigarme.

P. – ¿Cómo es lo de ser un sin papeles?

R. – Lo fui con mis padres. Después, con 18 años, lo volví a ser: era dibujante publicitario y en Zurich me daban los trabajos por la puerta trasera de la agencia. No pasé miedo siéndolo.

P. – Diga la verdad, ¡¿a que ha hecho esta película para acabar con la fama de vagos de los españoles?!

R. – ¡No, yo he hecho esta película para estar cinco semanas gratis en Suiza! Jajaja. Como me gusta tanto el país La fama de vagos la tenemos aquí, pero fuera somos muy trabajadores y estamos muy bien considerados.

P. – ¿Nunca ha querido ser mecánico fresador como su padre?

R. – Estuve a punto, mi padre me llevó a Pegaso para hacer la prueba y de chiripa en ese momento no querían contratar a nadie.

P. – Lo que no se le habrá ocurrido es volver a San Blas, según deja al barrio

R. – Pues he vuelto, no tiene nada que ver con aquel San Blas de los 60. Aunque he de decir que no nos costó encontrar los exteriores para la película y que además no tuvimos que cambiar absolutamente nada, es tremendo, lo que se ve es el pueblo de Fuencarral hoy y eso debería hacer pensar a gente como el alcalde de Madrid.

P. – ¿Por eso se fue a vivir a la sierra?

R. – Es lo más parecido que he encontrado a Suiza cerca de Madrid.

P. – ¡Hombre, comparar Villalba con Suiza!

R. – ¡Yo tengo una visión de la sierra de Guadarrama espléndida! La emigración me ha marcado para toda mi vida.

P. – ¿Qué dirá su padre cuando se vea?

R. – Pues hasta que no vea la película, no sé. La verá el día del estreno, en un 60% está sacada de su memoria y de la mía.

P. – ¿Qué le pareció la idea?

R. – Me dijo que estaba haciendo el gilipollas intentando hacer una película, que lo que tenía que hacer era series y ganar dinero.Pero ahora se siente orgulloso.

P. – ¿Le pesa mucho a usted Benito?

R. – No, en absoluto, no me pesan ni Benito ni Pepelu El peor encasillamiento es que no suene el teléfono, que nadie te proponga un trabajo. Todo aporta. Posiblemente gracias a eso he podido sacar adelante esta película.

P. – ¿A cómo está hoy el franco?

R. – 1,50 francos es un euro, ¡por fin les hemos superado! Ahora un franco son 104 pesetas, a mi padre le hubiera interesado dejar los ahorros allí.

P. – ¿Y si ahora hiciera una película sobre inmigración en Madrid?

R. – No tenemos el talante de los suizos. Creo que fuimos mejor tratados fuera.

P. – Esto de convertirse en redentor de inmigrantes

R. – Las cosas que me molestan siempre me gusta gritarlas y para mí era más sencillo hacerlo con una película.

P. – ¿A partir de ahora va a dedicarse al cine protesta?

R. – No necesariamente. Aunque a mí me gusta que las películas te cuenten algo, parece que está mal visto que tengan mensaje.

P. – Tan concienciado que está, ¿se ha hecho ya de alguna ONG?

R. – No, no, no sé que exista ninguna que ayude especialmente a la emigración, no creo siquiera que debiera existir, creo que nuestro Gobierno debería ser suficientemente sensible con el tema.

P. – ¿Ni siquiera se plantea un pase gratuito de su película para los inmigrantes?

R. – Creo que tienen para ir al cine y les gusta. Que paguen, igualdad en todo.

RETRATO

Orígenes. Madrid, 1955. Currículo. Fue dibujante publicitario (trabajó en Zurich, Londres y Elche) antes de descubrir su vena dramática. En Alicante empezó con el teatro y a eso se dedicó hasta que Pepe Navarro lo convirtió en Pepelu. La televisión le dio fama en series (fue Benito en Manos a la obra) y el cine retocó su imagen para ser Sancho Panza. Tiene muchísimo trabajo hecho, pero ahora (el 4 de mayo) estrena lo más personal, su ópera prima, Un franco, 14 pesetas. Aficiones. «Me encanta viajar, la naturaleza, los perros». Debilidades. «Jugar con mis hijos». Virtudes.«Soy muy sincero y honesto». Defectos. «Tengo dudas sobre todas las cosas que hago, soy bastante inseguro».