l A ley de la oferta y la demanda rige también el mercado de la droga, y en Barcelona, al igual que en el resto del Estado, se puede comprar hoy un gramo de hachís – que da para dos o tres porros – por tres euros, una pastilla de éxtasis por seis o un gramo de cocaína – que puede dar para cinco o seis esnifadas – por sesenta.

En ambientes más marginales y recónditos, un chute de un microgramo de heroína, una droga que estaba en declive en España pero que vuelve a repuntar entre los inmigrantes de los países del Este de Europa, puede costar entre cinco y diez euros.

El jefe de la Unidad Central Operativa de Estupefacientes de los Mossos d’Esquadra, el sargento Toni Salleras, reconoce que “el consumo de droga está muy extendido, sobre todo entre los jóvenes, que fuman hachís y toman pastillas”.

“La droga es un mercado, negro, pero un mercado que al fin y al cabo se rige por los mismos parámetros, la oferta y la demanda”, explica el sargento, que reconoce que hay demasiada demanda como para poder acabar con ella sólo con acciones policiales y judiciales, por lo que enmarca el problema como “un asunto social”.

El hachís es la droga más consumida en Cataluña. Aunque no hay cálculos fiables, cada año se introducen miles de toneladas en esta comunidad, que se ha convertido en una de las puertas de entrada de alijos procedentes de Marruecos preferidas por los narcotraficantes.

“Hay tanta oferta que el precio es relativamente barato”, razona el sargento, que sitúa en el mar la principal entrada de este tipo de droga.

“Cuando interceptamos un alijo importante, puede subir ligeramente el precio en la calle, pero enseguida se recupera porque hay mucha oferta”, reconoce el investigador.

A ambos lados de la Rambla de Barcelona, y en lugares puntuales de casi todos los barrios de la capital catalana, se puede comprar hachís por 3 ó 4 euros el gramo, que dan para liar tres canutos .

PASTILLAS Y COCAÍNA Las pastillas son la segunda droga más consumida por el público juvenil y la tercera en general tras el hachís y la cocaína. Se venden en los alrededores de las discotecas y locales nocturnos a precios que oscilan entre los seis y los nueve euros.

“Su precio y la facilidad con que se toma – se la llegan a pasar de boca en boca dándose un beso – ha hecho que se extienda mucho su consumo”, según Salleras.

La cocaína, la segunda droga en consumo general tras el hachís, tiene un público de más edad y con mayor poder adquisitivo, ya que un gramo de cocaína, que da para cinco o seis rayas normales, puede comprarse en Barcelona a unos 60 euros.

Esta droga, que procede sobre todo de países latinoamericanos, especialmente de Colombia, llega a España por vía aérea o marítima, y, aunque puede encontrarse a la venta entre el menudeo callejero, es frecuente que se adquiera a través de amigos o conocidos de los consumidores, “que trafican con ella para sufragarse su propia adicción”, según el sargento Salleras.

Este especialista advierte que el precio de la cocaína suele ser el mismo, pero varía su calidad.

Los narcotraficantes utilizan toda clase de productos en polvo, desde aspirina o bicarbonato hasta yeso o azúcar, para cortar la perica , como se le conoce en el argot callejero.

Según las aprehensiones de cocaína efectuadas por los Mossos, el kilo de cocaína suele tener una pureza del 73%, mientras que en la venta en gramos esta pureza desciende al 50%.

La heroína, la droga más destructiva y que en Barcelona estaba en declive desde los años 70, ha repuntado ligeramente con la llegada de inmigrantes de países del Este, que han venido enganchados al jaco .

Esta droga, que se puede conseguir en Barcelona en ambientes muy marginales al precio de 60 euros el gramo, que equivale a entre 5 y 10 euros la dosis, llega desde Asia a España por carretera.

Aunque hasta hace dos años la exclusiva de la venta de heroína se situaba en Can Tunis, su comercialización se ha trasladado a otros barrios, como el de Porta, donde recientemente los Mossos desarticularon varios pisos de venta, y a otras zonas del extrarradio.