El Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes se ha reunido hoy en el Parlament con representantes de los grupos y subgrupos parlamentarios y con el presidente de la Cámara, Roger Torrent, para trasladarles seis proyectos con los que algunos de sus miembros podrían dejar la calle.

Así lo han explicado en rueda de prensa dos miembros de esta cooperativa, Lamine Sars y Lamine Balhily, quienes han indicado que su objetivo es “salir de la calle”, pero que quieren hacerlo “con soluciones positivas” y no debido a “la persecución policial”.

Las seis iniciativas que los llamados “manteros” proponen son: un proyecto de cultivo ecológico, una cooperativa de creación de serigrafía, un bazar de artesanía africana, una promotora cultural de eventos africanos, una peluquería y una cooperativa para la vigilancia de eventos.

Cada uno de ellos, calculan, podrían ocupar a entre 10 y 30 personas que ahora viven de la venta ambulante.

“Mucha gente no sabe que tenemos oficios. Lo único que queremos son trabajos dignos como los que pueden tener todos los ciudadanos del país”, ha indicado Sars, que ha señalado que entre las personas que se dedican a la venta ambulante hay profesores, artesanos o mecánicos que tuvieron que dejar su país de origen.

Según han explicado fuentes parlamentarias, ERC se ha comprometido a cerrar una reunión de los cooperativistas con el conseller de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, Chakir el Homrani, mientras que el PSC ha dicho que moverá hilos para lograr que los manteros se reúnan con instancias gubernamentales.

Y es que lo primero que necesitan son “papeles”, es decir, regularizar su situación, algo que es competencia estatal, mientras que la Generalitat es quien puede generar los planes de ocupación que piden los miembros del Sindicato.

“Estamos creando proyectos para poder salir de la calle y dejar de ser un problema para esta ciudad (…) Si nosotros tenemos la idea de salir de la calle, los políticos deben dar un paso adelante para que se acabe esto que llaman conflicto con los manteros”, ha reclamado Balhily.

Ha censurado, asimismo, el comportamiento, a su juicio “hipócrita”, del Ejecutivo socialista, pues si bien ha autorizado al barco Open Arms atracar en el puerto de Barcelona con 59 inmigrantes a bordo, denuncia que estas personas lo pasarán mal tras los primeros días igual de mal que lo pasan los vendedores ambulantes, y que lo que se requiere es un cambio legislativo en este sentido.