Tres mujeres que buscan ROBERTO HERRERO

Diario Vasco, 23-04-2006

Asistimos a una obra muy sencilla en todos sus elementos. Tres textos cortos y sin complicaciones, una interpretación directa, un mensaje humanista dividido en tres historias protagonizadas por otras tantas mujeres. Mujeres extranjeras, emigrantes de patera y de mafia, modernas esclavas, madres en busca de un futuro mejor y, quizás, simplemente de futuro. Se nos muestra la dura realidad de la emigración desde el lado de los que buscan, de los que huyen, de los que tocan a la puerta de una sociedad tan rica como desconocida.

Da el tema para encoger corazones y para soltar mil lugares comunes, de esos que emocionan un ratito a tanto seguidor del buenismo y de la asistenta en casa por 300 euros el mes. Por suerte Negra no va del todo por esos caminos. Su intención es la de contarnos tres historias de seres humanos, como podrían ser otras muchas y tan parecidas o tan diferentes. Y hacerlo sin retorcer el colmillo de la culpa para el llamado primer mundo. La mujer que trabaja sin luz ni horario en un agujero, cosiendo para que el modelito fashion nos salga por una nadería; la mujer que sufre malos tratos de su pareja, barbarie agravada por ocurrir en un país extraño; la mujer de los telediarios y las pateras, que junto a otras mujeres, hombres y niños van convirtiendo poco a poco el mar en un aquarium del horror.

La actriz que las encarna tiene buenas maneras, dulzura en la voz y expresividad sobrada. Ayuda a mostrarnos este panorama, aunque sea con un montaje que se queda justito de teatro.

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