'Katrina' hace que Nueva Orleans pueda elegir a su primer alcalde blanco en 27 años
El Mundo, 23-04-2006Todo EEUU, salvo Alaska, Hawai y Dakota del Norte, votó ayer para elegir alcalde de Nueva Orleans. Fueron unas elecciones surrealistas. Porque siete meses y medio después del huracán Katrina, la población de la ciudad sigue dispersa por todo el país. Así que en todo el país los ciudadanos de la Grande y Maja (Big and Easy, que es como popularmente se conoce a la ciudad) votaron ayer para decidir quién será su alcalde.
Claro que, como los desplazados son en su mayor parte negros y/o pobres, tampoco cabe esperar que los ausentes tengan un peso excesivo en el resultado, ya que la mayoría de ellos no se han registrado para votar. En total, sólo 10.089 habitantes de Nueva Orleans podían ayer votar desde los lugares de acogida. Un porcentaje mínimo en una ciudad en la que, de las 290.000 personas registradas para votar, apenas 90.000 siguen residiendo en ella. A pesar de eso, la afluencia a las urnas, ayer, era mucho más alta de lo esperado.
El surrealismo no acaba ahí. Las elecciones tienen un toque de desmadre mental que sólo podría ser generado por la ciudad que engendró productos culturales tan desquiciados como La conjura de los necios. El protagonista de la novela, Ignatius J. Reilly, no se presenta. Pero otros personajes de los comicios podrían haber salido de las páginas del libro. Empezando por la propia campaña electoral, en la que apenas se ha discutido la reconstrucción – si es que la va a haber – de la ciudad. En cualquier caso, lo más probable es que de las elecciones de ayer no salga el alcalde, con lo que la diversión está asegurada hasta que el 20 de mayo se celebre la segunda vuelta.
Reinado negro
Las elecciones pueden suponer el final del reinado negro de la ciudad. Desde 1978, todos los alcaldes de Nueva Orleans han sido afroamericanos. Pero ahora el candidato con más posibilidades es blanco. Se trata de Mitch Landrieu, el actual vicegobernador del estado de Luisiana, hijo del último alcalde blanco de la ciudad – Moon Landrieu – , y hermano de la senadora Mary Landrieu.
Mitch Landrieu parece haber sido elegido por Katrina para devolver la Alcaldía a los blancos, una cuestión tremendamente compleja en una ciudad en la que la desconfianza mutua racial se percibe a la media hora de llegar. El huracán devastó en su mayor parte barrios negros, y eso ha dejado a Nueva Orleans con una nueva composición étnica. Si antes del ciclón casi tres cuartas partes del censo eran afroamericanos, ahora los miembros de esa comunidad son más o menos tantos como los blancos. Con los hispanos – a quienes los negros detestan – jugando el papel decisivo en la balanza.
El cambio demográfico ha obligado al otro gran candidato, el actual alcalde, Ray Nagin, a jugar la baza racial. Nagin es un centrista tirando a conservador, un republicano que se pasó al Partido Demócrata justo antes de competir por el cargo de alcalde, en 2002. En aquella ocasión, ganó las elecciones cortejando el voto blanco. Pero ahora, con una oferta de candidatos blancos inigualable – 19 de los 21 aspirantes a la Alcaldía – Nagin se ha dado cuenta de que es negro y ha realizado una campaña política racial y de izquierdas, sazonada de comentarios racistas hacia los nuevos inmigrantes hispanos, como cuando en noviembre dijo, entre el entusiasmo de su audiencia, «qué debo hacer para que mi ciudad no sea arrasada por los mexicanos». Con todo, Nagin sólo tiene una intención de voto del 21%, cinco puntos menos que Landrieu. Claro que en la surrealista Nueva Orleans, con un 17% de indecisos, el show electoral puede ser tan imprevisible como el propio Ignatius J. Reilly.
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